Sin plomo para todos y para siempre

A la gasolina súper se le ha terminado el plazo. Con la medianoche de ayer, este tradicional combustible ha dejado de estar a la venta. Su contenido en plomo fue un lastre demasiado pesado y acabó con su vida. Los conductores que aún necesiten una gasolina con alto poder de lubricación, como era la súper, disponen de un nuevo combustible con aditivos que sustituyen al nocivo plomo.

Sin plomo para todos y para siempre
Sin plomo para todos y para siempre

En los últimos meses, los técnicos del Ministerio de Industria y los expertos de las petroleras y CLH, la compañía que gestiona las masas de combustible en nuestro país, han mantenido largas discusiones sobre cómo debía ser la gasolina sustitutiva. La fórmula final estipula que este carburante tendrá 97 octanos, será amarillo y llevará sales de potasio en una proporción que no excederá los 20 mg/kg. Por lo demás, se puede decir que es gasolina sin plomo normal y corriente. El potasio, que no es un metal pesado, como el plomo, tiene las mismas virtudes que éste en lo que respecta a lubricación. El modo de añadir este elemento al hidrocarburo también dejó cierta polémica. En principio, parte de la industria pensó que sería mejor que los propios conductores comprasen el aditivo aparte y lo añadieran al depósito a la hora de repostar. Esta solución se aplica en varios países europeos y, además, será la única válida cuando deje de fabricarse esta nueva gasolina dentro de unos años. Para entonces, los propietarios de coches clásicos no tendrán más remedio que comprarse el bote de aditivo cada vez que rellenen su tanque de gasolina. Sin embargo, al final, se impuso una visión de servicio y se decidió aditivar el combustible en origen. Aseguran en la AOP, la patronal de las petroleras, que así los conductores lo tienen mucho más fácil.

En realidad, al margen de las dificultades técnicas propias del trabajo en refinería, el resto del proceso es idéntico: los mismos depósitos que almacenaban la súper tradicional acogen ya el nuevo producto. Los mismos surtidores se encargarán de expenderla y, durante unos días, uno y otro líquido andarán mezclados por las entrañas de las gasolineras y las intrincadas redes de abastecimiento de CLH. Queda claro así que no pasa nada por repostar mañana con la nueva y pasado con la vieja. Son perfectamente compatibles.

Por último, el debate abordó el espinoso asunto de los precios. Las petroleras dejaron claro muy pronto que el precio debía ser algo más alto. En concreto, una peseta más por litro para poder añadir el potasio. Este incremento fue absorbido por la Administración, que decidió aplicar a esta súper la misma fiscalidad de la sin plomo, con lo que el incremento de precio quedó neutralizado y se venderá al mismo precio que la súper de siempre. Sólo cambiará su nombre: “Nueva Súper 97", para Repsol, “Nueva Súper", en Cepsa, y “BP Ecosúper 97 con sustitutivo del plomo" en las gasolineras de BP.