Hacía 11 años que la Dirección General de Tráfico no actualizaba el Reglamento de Circulación, la “Biblia" que todo aquel que circule por una vía pública debe conocer y respetar. Ahora, bajo el mandato de la Ley de Tráfico que entró en vigor en enero de 2002, se ha aprovechado para poner al día este texto legal. El nuevo Reglamento, que no regirá hasta dentro de medio año, incluye la reglamentación que hace falta para muchas situaciones nuevas que han ido surgiendo en estos años. También dedica espacio a algunos aspectos que antes se habían quedado fuera del ánimo legislador. Además, agrupa en su articulado varias normas que han aparecido en los últimos años y que no estaban reunidas en el reglamento anterior.
Las principales modificaciones tienen que ver con la circulación de ciclistas, el uso de chalecos reflectantes, la seguridad de los niños, el empleo de teléfonos móviles y dispositivos con pantallas y la normativa de vehículos especiales, caravanas deportivas y convoyes militares. La controvertida Ley de Tráfico, que se redactó dos veces y se aprobó, tras un intento fallido, a finales de 2001, entró en vigor en enero 2002. Ese texto legal fija un marco normativo nuevo y, por tanto, regula algunas materias de forma directa. Sin embargo, para otros asuntos más técnicos son necesarios reglamentos, conjuntos de normas que desarrollan lo que la ley indica.
La Ley de Tráfico y Seguridad Vial se articula gracias a siete reglamentos principales.
El más importante es el de Circulación, que acaba de ser aprobado. Recoge las reglas que deben seguirse a la hora de utilizar las vías públicas.
Además, hay estos otros:
R. del Consejo Consultivo de Tráfico, que organiza el funcionamiento de la Dirección General de Tráfico.
R. General de Conductores, que habla de las condiciones que debe reunir una persona para poder conducir, los exámenes y otras facetas que afectan a lo conductores. Está en trámite.
R. General de Vehículos, que estipula las normas técnicas que debe cumplir un vehículo para poder circular. Está en trámite.
R. de Escuelas de Conducción.Se aprobó hace un mes. Señala cómo debe ser la enseñanza en las autoescuelas.
R. de Procedimiento Sancionador., que se ha modificado este año y que indica cómo deben ponerse y gestionarse las sanciones. Está recurrido ante el Supremo.
R. de Clasificación de Sanciones. De gran importancia. Está en trámite de redacción y debe estipular qué sanción corresponde concretamente a cada infracción. Además, deberá señalar la forma en que se fraccionen las multas, cómo cumplir las penas impuestas, etc.
La opinión pública, reflejada en los medios de comunicación, ha acogido con cierta frialdad los cambios. Para empezar, la oposición parlamentaria ha lamentado lo mucho que ha tardado en llegar el Reglamento. Vitorino Mayoral, diputado del PSOE y portavoz de este partido en la comisión parlamentaria de Seguridad Vial, considera que casi dos años de espera suponen una experiencia frustrante. Mayoral, que participó en la elaboración de la vigente Ley de Tráfico, asegura que esta tardanza demuestra lo burocratizada que está la Administración y, sobre todo, el “abandonismo" del Gobierno en esta materia.A pesar de esta queja, Mayoral está satisfecho con la mayoría de los cambios introducidos, aunque considera que todavía falta camino por recorrer. “Se desarrollan medidas importantes, como la prohibición de utilizar teléfonos móviles a no ser con dispositivos de manos libres, pero, según muchos expertos, sería mejor que se prohibieran del todo", ha dicho en declaraciones a Autopista Online.
Otros observadores, como Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados, también han presentado sus quejas ante ciertos aspectos del Reglamento, sobre todo las partes que atañen a los chalecos reflectantes y a los “privilegios" de los ciclistas. En cambio, desde el Comisariado Europeo del Automóvil, otra asociación de conductores, se saluda con entusiasmo la obligación de ponerse un chaleco para salir del coche en la vía pública. En general, da la impresión de que el nuevo Reglamento llega con algunas carencias. No se ha dicho nada desde la DGT sobre la necesidad de trasladar a la población los cambios. Parece que hará falta una buena campaña de comunicación para que todas estas novedades se conozcan y, sin embargo, a pocas semanas de que entren en vigor, la gente no conoce todavía el reglamento completo. Es más, ni siquiera nosotros lo conocemos entero, porque la DGT no ha querido facilitárnoslo mientras no se haya publicado en el BOE.
Modificar las leyes para mejorar la seguridad vial es una idea loable. Sin embargo, si los conductores no conocen esas leyes, difícilmente surtirán efecto. Por lo pronto, reportajes como éste deberán servir -esa es nuestra intención- para contribuir a la difusión de los cambios. Vitorino Mayoral recuerda que el Partido Socialista ha puesto en marcha una idea que, de ganar las elecciones del próximo mayo, tomará cuerpo definitivamente. Se trata de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, un organismo de nueva creación que aglutine las tareas que ahora llevan a cabo la Dirección General de Tráfico, el Ministerio de Fomento y los diferentes institutos que investigan en materia de tráfico y seguridad.
Mayoral insiste, igual que Mario Arnaldo y muchas otras voces, en la necesidad de incrementar el presupuesto que se destina al estudio científico en este campo. Asegura que es preciso conectar de forma real y más estrecha a los investigadores y a los legisladores.
