Robos de coches, de la ganzúa al satélite

Se calcula que en España se roban más de 400 vehículos al día, una cantidad que se dispara en los meses.

Aunque la mayoría de los vehículos robados suelen recuperarse, uno de cada cinco nunca aparece. No caen en ningún agujero negro, sino en las manos de mafias organizadas que se dedican a "colar" automóviles en el extranjero. Estos ladrones borran cualquier signo con el que se pueda identificar los coches: cambian la matrícula, los papeles o los números de inscripción del chasis. Algunas veces, para confundir a la Interpol, roban dos modelos idénticos y los venden en distintos países. Con el fin de ponérselo algo más difícil a los ladrones, las compañías aseguradoras recomiendan grabar la matrícula del vehículo en todas las lunas del coche. Así, si quieren dar una nueva identidad a nuestro coche, no tendrán más remedio que cambiar todos los cristales. La compañía Estas mafias suelen sacar los vehículos del país en los contenedores de carga de los ferries que cruzan el Estrecho de Gibraltar en dirección al Magreb o que llegan a los puertos del Adriático para, después, dirigirse a los países de la Europa del Este o Rusia. En el caso de interceptarse alguno de estos automóviles, las compañías aseguradoras o los propietarios suelen renunciar a traerlos de vuelta a España, ya que tienen que pagar unos gastos muy elevados de transporte. "Robo" y "hurto" parecen sinónimos, pero el conductor que sufre la desaparición de su vehículo puede llegar a comprobar en su cuenta corriente la notable diferencia entre estas dos palabras. Si nos roban el coche, es decir, lo fuerzan para llevárselo, las aseguradoras cubrirán su pérdida. Si, por el contrario, lo dejamos abierto y con las llaves puestas, estaremos ante un hurto y las aseguradoras se lavarán las manos y alegarán que no tuvimos suficiente cuidado y, por tanto, somos culpables. En definitiva, dentro de la mala suerte de que nos sustraigan el coche, podemos sentirnos afortunados si el juez determina que ha sido un robo. Las indemnizaciones varían en función de lo establecido en la póliza por la compañía y el asegurado, pero las condiciones generales vienen marcadas por la Ley del Seguro. Según esta normativa, la aseguradora puede elegir pagar la indemnización o reparar el vehículo si éste aparece en los primeros 30 días a partir de la denuncia. Si el coche es recuperado después de esta fecha, esta decisión la tomará el propietario. Salvando esta letra pequeña, los robos de coches y de materiales incorporados a los mismos le cuestan al sector asegurador más de 25.000 millones de pesetas anuales.