El RACE publica la historia del Jarama impulsada por Arias Cañete

Los hitos de la historia del Circuito del Jarama, una historia impulsada por el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, cuando era presidente de la Fundación Cultural RACE (Real Automóvil Club de España), ha sido editada en cuatro tomos.

Esta exhaustiva historia del trazado madrileño se ha presentado hoy en un acto en el que se han desvelado los dos primeros tomos, escritos por Pablo Gimeno, y se ha recordado que la inauguración oficial, en 1967, del circuito del Jarama, el primer trazado permanente en España de capital privado, es un hito trascendental en la ya larga historia del RACE.

El expresidente de la Fundación RACE e impulsor de esta obra, Miguel Arias Cañete, ha destacado en la presentación la importancia de este trabajo, pues es la primera vez en la historia que se realiza un estudio tan detallado de todo lo sucedido en un circuito tan emblemático como el del Jarama.

El presidente del RACE, Carmelo Sanz de Barros, ha señalado durante su intervención la importancia que ha supuesto para el automovilismo y motociclismo mundial la existencia de un circuito como el del Jarama, y se ha mostrado muy orgulloso de que fuera el RACE quien pusiera su granito de arena en el fomento del deporte del motor en la sociedad española.

Los dos primeros tomo presentados hoy en Madrid se corresponden con el período comprendido entre 1965 y 1992 e incluyen los certámenes de alto nivel celebrados en el autódromo madrileño.

En el primer volumen, de casi 600 páginas, se habla del nacimiento del circuito y de las grandes pruebas internacionales disputadas en el mismo hasta 1992, año que marca las bodas de plata del trazado madrileño.

Sandro Rocci fue el encargado de las obras de construcción del circuito, mientras que las tribunas y boxes fueron obra de los arquitectos Rodríguez Riveiro y Domínguez Aguado.

John Hugenholtz, gran conocedor de este tipo de instalaciones y que contaba con la experiencia de haber diseñado los autódromos de Zanwoort en Holanda, de Suzuka en Japón, y de otros en Norteamérica, recabó la información técnica para una obra de ingeniería de la que en España había un desconocimiento total.

Hugenholtz vino a España y visitó las cuarenta y seis hectáreas reservadas para el circuito, y consideró que eran las ideales para realizar el proyecto.

Los primeros trabajos de explanación se pudieron llevar a cabo a lo largo de 1964. La pista tenía una longitud real de 3.432 metros, aunque lo homologado por la FIA fue de 3.404 metros, correspondiendo esta medición al trazado que realizaban los coches en la carrera.

Las numerosas curvas de que consta el Jarama hacían de él un circuito muy técnico, aunque lo amplio de su calzada, nueve metros, permitía su negociación en muy buenas condiciones.

Para su construcción fueron necesarios más de dos millones de kilos de cemento y cuatro mil metros cúbicos de grava. El firme se estabilizó con una primera capa de cemento de un espesor de 15 centímetros, sobre la que se superpusieron diferentes capas de hormigón asfáltico, la última de ellas, llamada de rodadura, tenía una grava más fina que las anteriores.

A pesar de que las fuertes lluvias que cayeron durante el invierno de 1965 y la primavera del año siguiente retrasaron el ritmo normal de las obras, en los últimos días de 1966 tuvo lugar una primera toma de contacto de los deportistas españoles con el nuevo circuito.

Desde entonces y hasta nuestros días, pruebas de los mundiales de Fórmula Uno, motociclismo, y multitud de pruebas menores, han hecho que el Circuito del Jarama se consagrara como uno de los circuitos más importantes del mundo.

En el segundo volumen se describen las pruebas automovilísticas nacionales -y algunas internacionales de promoción- que tuvieron lugar en el Circuito entre 1967 y 1992.