Las urnas determinarán si la crisis desgasta a PSC y CiU y si el PP catalán conquista la centralidad

Cataluña celebra este domingo las undécimas elecciones generales de la democracia, en una contienda muy marcada por la economía, y las urnas determinarán si la gestión de la crisis desgasta al PSC, si los recortes en los servicios públicos desgastan a CiU y si el PP catalán logra su anhelo de conquistar por vez primera la centralidad en Cataluña.

Se trata de las generales con más incertidumbre en Cataluña, ya que, según los sondeos de opinión, las fuerzas de PSC, CiU y PP están muy igualadas, por lo que los estrategas de los distintos partidos aseguran que la participación será decisiva, ya que la clave está en si los socialistas lograrán movilizar a un electorado que hasta la fecha les ha sido muy fiel.

Los sondeos indican que el PP catalán hará un buen resultado, y a lo largo de la campaña, la lista que en Barcelona encabeza Jorge Fernández Díaz ha luchado por conquistar la centralidad por encima de PSC y CiU.

La izquierda reprocha a CiU que su estrategia de los últimos meses ha dado más legitimidad al PP, ya que, además de ser el socio de CiU en el Parlament en los presupuestos de 2011, ambos han pactado en la Diputación de Barcelona, y la federación ha posibilitado tras las elecciones municipales que el PP conquistase sus primeras alcaldías importantes: Badalona --tercera ciudad más poblada de Cataluña-- y Castelldefels.

CiU ha cerrado campaña asegurando que, por vez primera en democracia, la federación está en condiciones de ganar unas elecciones generales, pese a las críticas que ha recibido dentro y fuera de Cataluña el candidato, Josep Antoni Duran, tras sus declaraciones sobre el PER.

El PSC ha protagonizado una campaña sin sobresaltos, centrándose en Tarragona y la conurbación de Barcelona, y sólo ha estado en el ojo del huracán cuando su segundo 'spot' de propaganda electoral tuvo que ser retirado, ya que asociaba la muerte de pacientes en la sanidad pública a los recortes del Govern.

Para ERC, es la primera cita con las urnas que afronta la nueva dirección, liderada por Oriol Junqueras, que reniega de la estrategia de alianzas con PSC e ICV-EUiA que hicieron sus predecesores, mientras que los ecosocialistas confían en crecer a costa de los decepcionados por la acción de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

CONSECUENCIAS DEL 20N

Las elecciones también contribuirán a despejar algunas incógnitas, que en el caso del PSC están muy relacionadas con el congreso que celebrará el partido tras el 20N, donde se deberá elegir una nueva dirección, tras los malos resultados en las catalanas de hace un año --cuando el partido no alcanzó ni el 20% de los sufragios, cosechando su mínimo histórico-- y en las municipales, cuando el partido perdió feudos hasta ahora inexpugnables como la Diputación y el Ayuntamiento de Barcelona y ciudades como Girona.

Si el PSC aguanta el tipo, si vuelve a ser la lista más votada y si no baja de los 15 diputados --su mínimo histórico, que cosechó en 1977--, la victoria puede ser un soplo de aire fresco para la actual dirección del partido ante el congreso de diciembre, para el que ya han formalizado su candidatura el alcalde de Lleida, Àngel Ros; el de Terrassa, Pere Navarro --el favorito-- y Joan Ignasi Elena, del colectivo 'obiolista' 'Nou Cicle', mientras que Miquel Iceta con toda probabilidad lo hará la próxima semana.

En el caso de CiU, desde la propia federación ya se ha admitido que un buen resultado daría fuerza al Govern ante su demanda de una nueva financiación para Cataluña, y ante los recortes, motivo por el que se han convocado huelgas en la sanidad y educación públicas en el tramo final de la campaña.

El principal interrogante para la federación nacionalista es si un mal resultado de Josep Antoni Duran --quedar en tercera posición, tras socialistas y populares-- tendría consecuencias en el seno de UDC y en las relaciones entre los democristianos y CDC.

Desde el PP catalán hay euforia contenida, ante la posibilidad de superar los 12 escaños del año 2000, cuando por vez primera logró representación por Girona --que ahora aspira a recuperar--, y lo que está por ver es cómo se traduciría en un futuro gobierno de Mariano Rajoy la contribución del PP catalán, y si implicaría el salto de Alicia Sánchez Camacho a algún ministerio.