Porsche 911, razones para la devoción

En el Salón de Frankfurt de 1963, hace justo 40 años, se presentaba un nuevo modelo deportivo, uno más de los muchos que aquel año competían en el certamen. Poco sabían los esforzados ingenieros de Porsche que, al apartar la lona que cubría su prototipo, estaban inaugurando un tiempo nuevo en la automoción. Nacía la leyenda del 911, la referencia durante 40 años para cualquier deportivo que se precie.

El primer 911 apareció en 1963 con este aspecto.
El primer 911 apareció en 1963 con este aspecto.

Serie 993, 1993-1998
En 1993, con Europa otra vez en crisis económica, Porsche da un paso más en la construcción de la leyenda 911. Aparece la tercera serie, ahora denominada 993. El coche estrena frontal, más afilado, y faros delanteros, ovalados y saltones, muy retro. También llegan una caja de cambios de seis marchas, un motor que alcanza ya los 272 CV y, al final, un motor con doble turbo.
Pero el principio de la serie tuvo mucho que ver con los últimos años de la anterior, dominados por la gran aceptación de la variante Carrera. Así, el primero de la serie 993 fue un Carrera 3.6 Coupé. Con sus 272 CV, aceleraba de 0 a 100 km/h en menos de 5 segundos y superaba con mucho los 270 km/h de punta. Habría de inmediato una versión cabrio. Poco después llegaría el Targa de 1995, que, por primera vez, no lleva su característico arco superior de seguridad ni techo desmontable. Ahora basta con pulsar un botón para que un mecanismo repliegue el techo de cristal bajo la luna trasera dejando toda la superficie superior abierta.
Este targa contaba con un motor de 3,6 litros y 285 CV y, opcionalmente, se podía montar una caja de cambios Tiptronic con 6 marchas y mando secuencial.

Poco antes se había presentado el Carrera RS, de carrocería aligerada y frenos adaptados del 911 Turbo. Un nuevo spoiler trasero fijo y plano y otro delantero marcaban su nueva estampa. El motor era el 3.8 de 300 CV, con una punta de 277 km/h.Aparecería casi a la vez el nuevo Turbo, con una carrocería ensanchada y su inconfundible alerón trasero, ahora más compacto. La cilindrada vuelve a ser 3,6 litros, pero, con la llegada de la alimentación biturbo, se alcanza ya la descomunal potencia de 408 CV, que es transmitida al asfalto por la tracción a las cuatro ruedas. Los dos turboalimentadores generan una presión de 0,8 bares. Su velocidad máxima se sitúa en 290 km/h y basta con 4,5 segundos para lanzar el coche a 100 km/h. La potencia de deceleración del sistema de frenos de competición es de 1.931 CV. Es la quintaesencia de la deportividad mezclada con el lujo. En Italia, los Ferrari sudan.

Cuando el nuevo Turbo se puso el traje Carrera, apareció el espectacular Carrera 4S, de 1995. Lleva la misma carrocería del Turbo pero con un spolier plegable. Destacan su sobredimensionado dispositivo de frenos, que luce las típicas pinzas rojas de los Turbo. Y, claro, tracción integral. Estos son los años en los que el 911 abre con fuerza una nueva vía: los GT, modelos puestos a punto por la división deportiva de la casa, que tiene su sede en Weissach. El primero será también de 1995 y se distinguía por las aletas ensanchadas y un nuevo alerón trasero. El motor 3.6 llegaba ahora hasta los 430 CV y, con la caja de cambios manual de 6 marchas, el coche llegaba hasta los 295 km/h con una aceleración de 4,4 segundos para alcanzar los 100 km/h.
Tendría su reflejo inalcanzable en el increíble GT1, del que sólo se montaron dos unidades, en 1996, para correr y ganar Le Mans en 1998. Con un motor 3.2 biturbo de 545 CV, este Gran Turismo de calle corría 310 km/h y se marcaba un demoledor 0-100 km/h de 3,7 segundos, una aceleración propia de la Fórmula 1. Con su carenado hasta el suelo, sus faldones, spoilers y alerones, este GT era un verdadero coche de competición, un diablo con ruedas.

Dos años después, en 1998, aparecería otro GT2, apellidado Evolution. Se fabricaron sólo 21 unidades, pero dejó su huella: motor de 450 CV, más de 300 km/h de punta y menos de 4,4 segundos en la aceleración. Un colosal alerón trasero de dos cuerpos era su marca distintiva.