El calor, el madrugón para trabajar, las cinco horas que llevamos dentro del coche, el atasco que alarga los viajes hasta el infinito… cualquiera de estas situaciones afectan a nuestro cansancio al volante y aumentan la fatiga que sentimos, disminuyendo nuestros reflejos o provocando somnolencia.
Concienciados de este problema, el RACE y la Asociación de Bebidas Refrescantes (ANFABRA), con el apoyo de la DGT, han desarrollado el Eurobarómetro Europeo de la Fatiga 2019 y los datos son alarmantes, ya que el 15,7 por ciento de los conductores europeos admiten haber sufrido un accidente por un exceso de cansancio.
Estos datos están recogidos mediante una encuesta a 3.400 conductores de toda Europa en el que se evidencia el peligro de conducir fatigado. El resultado, publicado por Europa Press, dice que más de la mitad de los conductores han sentido sueño al volante alguna vez y el 9,2 por ciento admite que han tenido que parar por sufrir un cansancio extremo. Incluso el 5,2 por ciento admite haberse quedado dormido mientras conducía.
En la encuesta se ha obtenido que el 26,8 por ciento de los conductores admiten no parar a descansar para reducir el tiempo del viaje, siendo los italianos, franceses y británicos los que más caen en este error. Además, el Eurobarómetro señala que entre los accidentados por fatiga al volante destacan los conductores de entre 18 y 24 años, quienes no se detienen a descansar y, si lo hacen, sólo lo llevan a cabo cuando llevan más de cuatro horas circulando y en un tiempo inferior a cinco minutos.
La fatiga entre los conductores españoles
En el caso de España, los datos son buenos en comparación a la media europea, pero se debe seguir trabajando para que los accidentes se reduzcan. Así el 6,6 por ciento admite iniciar los viajes de vacaciones directamente desde el trabajo (la media europea es del 8,9 por ciento), mientras que el 78,6 por ciento afirma descansar correctamente antes de salir de casa y el 83 por ciento dice planificar el viaje.
Entre los peores datos, el 3,8 por ciento de los conductores reconoce no parar o hacerlo cuando lleva más de cuatro horas de viaje, mientras que el 4,9 por ciento señala que se ha visto obligado a hacer una parada porque sentía síntomas graves de cansancio y somnolencia. Además, seis de cada 10 conductores dicen retrasar la parada de descanso cada dos horas.
