Polémica por la radial R-1

El proyecto de la R-1 que prepara el Ministerio de Fomento no incluirá, por primera vez en las obras de una radial en la Comunidad de Madrid, la construcción de un tramo de carretera de circunvalación de la M-50.

Aguirre construirá la R-1 y la M-50 con otros nombres
Aguirre construirá la R-1 y la M-50 con otros nombres

El Ministerio de Fomento tiene previsto hacer el cierre de la M-50 por la zona Norte con un concurso independiente al de la radial R-1, que irá paralela a la carretera de Burgos. La construcción de este tramo de la M-50 de 9 kilómetros tiene un presupuesto aproximado de 350 millones de euros, cantidad que, si no se incluye en el proyecto de la radial, será necesario financiar con cargo a los presupuestos públicos. La importancia de este tramo de la M-50 radica, según el Gobierno regional, en que los habitantes de Tres Cantos, Colmenar, Soto del Real y otros municipios de la sierra de Madrid cuentan con la M-607 (carretera de Colmenar) como única salida. Además, las mismas fuentes destacan que, en las radiales hechas hasta el momento, el Estado daba la concesión de las obras, pero obligaba a los concesionarios a pagar un tramo de la M-50 como compensación. El trazado propuesto por Fomento para el eje del aeropuerto (M-12) y El Molar es similar al que había presentado la Comunidad de Madrid al principio de la legislatura, aunque la Consejería de Transportes contemplaba la construcción del tramo de la M-50 que conectaría la M-607 con la N-1, por parte de la empresa concesionaria, algo que el Gobierno regional considera imprescindible para vertebrar las comunicaciones de la zona. Fomento, que ya ha publicado la declaración de impacto ambiental de dichas obras en el Boletín Oficial del Estado, ha señalado que el cierre de la M-50 no se podrá terminar en los inicios del monte de El Pardo, tal y como pretendía el Gobierno regional de Esperanza Aguirre. Por ello, Fomento está estudiando la posibilidad de hacer una carretera por fuera de las zonas protegidas. Por otra parte, Fomento ha tenido que paralizar las obras de la A-2 en Madrid, cuyo trazado unirá la calle de Alcalá con la Avenida de Logroño, porque necesita un 30 por ciento más del presupuesto para afrontar la remodelación. De momento, la obra se ha parado hasta que el ministerio indique si se aceptan las modificaciones por los constructores. Como siempre, los afectados han sido los vecinos de la zona.