El año 2020 era la fecha fijada por el ministerio de Transportes de Alemania para implementar un nuevo, y polémico, sistema de peajes para sus carreteras. Sin embargo, una denuncia de Austria por considerarlos discriminatorios ha provocado que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea tumbe dichos planes.
La sentencia, calificada por Andreas Scheuer, ministro de Transportes alemán, de “duro revés" considera que el nuevo sistema “constituye una discriminación indirecta por la nacionalidad y una violación de los principios de libre circulación de mercancías y de libre prestación de servicios", por lo que no podrá ser implementada.
La respuesta de la Unión Europea está sustentada en las diferencias en el pago que a final de año acabarían existiendo entre los ciudadanos alemanes y el resto de conductores que circularan por sus carreteras, ya que los primeros podrían desgravarse el dinero que les hubiera costado los kilómetros recorridos.
Es decir, los conductores alemanes podrían ver recuperados hasta 130 euros al mes a final de año, mientras que el resto de turistas y trabajadores no podrían hacerlo. Por ello, Austria, país en el que un buen número de ciudadanos también trabajan en Alemania y serían castigados diariamente en sus recorridos, denunció el nuevo sistema por considerar que todos aquellos conductores que no fueran alemanes serían duramente discriminados.
Lo mismo ha estipulado el Tribunal europeo quien ha señalado que “la carga económica (...) afecta de hecho solo a los propietarios y a los conductores de vehículos matriculados en otros estados miembros". Es, por tanto “contrario a la legislación europea".
¿Adiós a los planes españoles?
La contribución de los conductores al mantenimiento de las carreteras también ha sido uno de los temas más comentados en los últimos meses en nuestro país. Con la llegada de la campaña electoral, las declaraciones se han enfriado pero es posible que cuando se forme un nuevo Gobierno el debate vuelva a llegar a las portadas.
De hecho, el ministro de Fomento José Luis Ábalos ya dio un primer aviso en noviembre. Tal y como recoge El País, el político afirmó que habrá que repensar la financiación de las carreteras españolas, calificada como “la única infraestructura de transporte que se pretende que sea gratuita" y a la que no contribuyen “los turistas o camiones que producen un deterioro de la vía". La gran diferenca con el caso alemán es que en nuestro país no se ha hablado de poder desgravarse el impuesto y, por tanto, beneficiar a los conductores españoles sobre el resto de usuarios.