Los niños en los taxis, siempre con sillita

El fiscal delegado de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, ha abogado este miércoles por reformar la ley para impedir que los taxistas puedan transportar a niños sin los sistemas de retención homologados para su edad dentro de ciudad, como actualmente permite el Reglamento General de Circulación, de forma que ‘ni un taxista ni nadie puede llevar a un menor’ sin un sistema de retención adecuado.

¿Viaja seguro tu hijo en el coche?
¿Viaja seguro tu hijo en el coche?

Durante la presentación de la campaña 'La seguridad es un viaje que se inicia desde niño', organizada por Chicco y el Real Automóvil Club de España (RACE), el fiscal se ha mostrado partidario de ‘modificar las reglas de circulación para ajustarlas a la Ley Orgánica de Protección del Menor’, ya que se trata de ‘un reglamento’, mientras que de ‘la Convención de Derechos del Niño y de la Ley Orgánica de Protección del Menor se desprende lo contrario’.

Así, Vargas ha indicado que la Fiscalía, en colaboración con la Dirección General de Tráfico, ‘está estudiando esta situación’. ‘En la DGT hay una absoluta sensibilidad en esta materia’, ha insistido el fiscal, quien ha indicado que la seguridad cuando viaja es ‘un derecho del menor’ y la Fiscalía va ‘defender con rigor’ ese derecho.

Además, ha explicado que, a su juicio, ‘hay una contradicción muy grande’ entre que se obligue a los padres a llevar a sus hijos en una 'sillita' cuando viajan en su turismo y que se exima a los taxistas de esta obligación, cuando, como conductor, ‘de alguna manera es el que guarda al niño’. ‘Espero que en un futuro que no sea muy lejano todos los niños, en todos los vehículos, vayan protegidos’, ha concluido.

Actualmente, los taxistas no están obligados a tener 'sillitas' para transportar a niños que todavía no pueden utilizar cinturón de seguridad dentro del casco urbano de las ciudades. Además, en el ámbito interurbano, son los padres los que si van a coger un taxi están obligados a llevar este tipo de sistemas de retención, según ha explicado el coordinador de Seguridad Vial del RACE, Antonio Lucas.


Según las cifras dadas por el director de Seguridad Vial del Real Automóvil Club de España (RACE), Tomás Santa Cecilia, cada cuatro días fallece un niño en España a consecuencia de un accidente de tráfico. Concretamente, en 2008, por este motivo, resultaron heridos de gravedad más de 5.300 menores y murieron 84 niños menores de 14 años, de los cuales 54 fueron en carretera y 30 en zona urbana.

De hecho, tal y como ha señalado el presidente del Comité de Seguridad y Prevención de Accidentes de la Asociación Española de Pediatría, Jordi Mateu, los accidentes de tráfico son la cuarta causa de mortalidad en niños de un año, la segunda causa en menores de dos años y las primera causa en niños de cuatro años de edad.

En 2008, en el tramo de edad de cero a un año murieron en accidentes diez bebés, en el tramo de dos a cinco años, 21 menores; entre seis y nueve años, 19 menores; y entre diez y catorce años, 34 menores. Por tipo de vehículo, en el 48,8 por ciento de los fallecidos los menores viajaban en un turismo.

A pesar de esto, y de que, a nivel mundial, cada dos minutos fallece un niño o un joven de menos de 19 años por accidente de tráfico, según UNICEF, el coordinador de Seguridad Vial del RACE ha asegurado que uno de cada tres padres reconoce que no usa la 'sillita' cuando lleva a sus hijos al colegio, lo que incrementa las consecuencias del accidente.


Para concienciar a los padres de que utilicen este tipo de sistemas de retención el RACE y Chicco han iniciado una campaña de concienciación que se desarrollará a lo largo del mes de junio. Como parte de esta campaña, el club de automovilistas ha probado a estrellar un coche a 64 km/hora en el que viajan dos muñecos que representaban a una madre sujetando a su hijo de 18 meses en brazos.  

Los resultados revelaban que resulta imposible retener al bebé, que recibe varios impactos contra el salpicadero, para acabar rompiendo el parabrisas con la espalda. El golpe que recibe el bebé equivale a la caída desde un tercer piso. Por el contrario, al repetir ese mismo experimento con el muñeco del niño en una 'sillita' se vio que no sufría ningún daño.