Mucho más que un copiloto

“Derecha buena más, para izquierda lenta, ojo, frenando mucho…." ¿Te suena? Efectivamente, es el particular lenguaje de los copilotos, uno de los pilares más importantes de cualquier equipo de rallies. Si te atrae esta profesión, varios cursillos te enseñarán cómo actuar ante cualquier eventualidad. El de Diego Vallejo es uno de ellos.

Mucho más que un copiloto
Mucho más que un copiloto

La toma de notas, la organización de los entrenamientos y los desplazamientos, el control de los tiempos y de los itinerarios… todo pasa por las manos de un copiloto y, aun así, están acostumbrados a quedar eclipsados por su acompañante. Sin embargo, existen personas que saben, desde el primer momento, que su futuro está en esta profesión. Es el caso de Diego Vallejo, copiloto oficial Fiat desde hace varios años y con 16 de experiencia.Diego quería ser piloto, como su hermano Sergio –ambos han sido subcampeones de España de Rallies en 2003-, pero un día probó a montar en el asiento de la derecha y ya no ha querido bajarse. Desde entonces, ha perfeccionado su técnica hasta convertirse en uno de los navegantes más solicitados en el Nacional de Asfalto (donde es fiel a su hermano) y en el Mundial de la especialidad. Aquí ha acompañado habitualmente a Ramón Ferreiros, siempre en el Grupo N –vehículos de producción-.Sin embargo, Vallejo recuerda a menudo sus comienzos y cuánto le hubiera gustado que alguien le explicara lo que había que hacer. Por ello, decidió crear unos cursos para copilotos, destinados a aquellos que quieren dar sus primeros pasos en esta disciplina, a todos los que aspiran a perfeccionar su técnica e, incluso, a los aficionados que desean conocer qué hay detrás de un rally. En 2004, Diego ha salido de su Galicia natal y ha repartido sus clases por toda la geografía española. Los interesados han podido comprobar lo duro que resulta este trabajo y, aun así, han quedado convencidos de que se trata de una profesión que quieren desarrollar. Muchos pueden lograrlo (Diego habilita una base de datos con todos los asistentes a los cursos y algunos pilotos acuden a ella para conseguir un navegante). Uno de sus alumnos incluso competirá este mismo año gracias a una particular “beca": el mejor copiloto novel acompañará a Óscar López, de la formación Promo Rally, durante toda la temporada 2004. Tendrá la licencia pagada y el equipamiento (valorado en 1.200 euros y consistente en ropa ignífuga, casco y bolsa) correrá a cargo de la empresa Recalvi Lugo. La sede de Fiat en Alcalá de Henares fue la encargada de acoger el curso que Vallejo impartió en Madrid. Su emplazamiento céntrico atrajo a cordobeses, murcianos y, por supuesto, madrileños… Las clases suelen tener las plazas limitadas a 20 personas, pero, en esta ocasión (y dado que las aulas eran grandes), Vallejo decidió ampliar el cupo hasta los 25 asistentes. Es evidente que, en una convocatoria de estas características, no todos tiene el mismo nivel de formación. Por ello, Diego suele dividir a sus alumnos en dos grupos: los “noveles" y los “avanzados". El copiloto de Fiat se encarga de orientar a estos últimos, mientras que Moncho López (navegante de Ángel Domenech) desvela los principios básicos de un rally a aquellos que aún no han empezado o tienen muy poca experiencia.En primer lugar, se establece lo que hay que hacer antes de la prueba. Los pasos son sencillos y muchos ya los conocen: recoger la documentación relativa a la cita (el reglamento, el itinerario, la hoja de reconocimientos…), pasar las verificaciones administrativas y técnicas (el día anterior al rally) y, sobre todo, organizar los entrenamientos. Este último apartado es especialmente importante, pues hay que estar atentos a los cambios en las normas –ahora sólo se pueden dar tres pasadas por tramo, en lugar de cuatro- y de ahí saldrán las notas que luego habrá que “cantar". Los apuntes básicos se tomarán durante el primer recorrido por el trazado –un trabajo algo complicado, pues hay que escribir con una mano, mientras se sujeta el rutómetro con la otra y se indica al piloto por dónde debe ir-. En las siguientes pasadas, el copiloto ya irá “cantando", mientras su acompañante corrige algunos datos y los perfecciona.Mientras Moncho explica estos detalles a los “noveles", Diego ya se ha metido de lleno en el desarrollo de una prueba. Para facilitar su explicación, comienza a sacar pancartas y cochecitos en miniatura, que distribuye a lo largo de todas las mesas. Rápidamente empieza nuestro recorrido, que se inicia en el podio de salida, con la entrega del carné de ruta. En él, hay que apuntar la hora exacta de salida y llegada a cada tramo, a cada parque de asistencia y a cada reagrupamiento. Todos los coches tienen asignado un minuto (diferente para cada uno) en el que deben entregar este carné; de lo contrario, serán penalizados, por lo que hay que prestar especial atención a los apuntes que realicen en ellos los comisarios del rally y a las sumas que llevemos a cabo para calcular el tiempo que podemos estar parados antes de cada tramo o en los parques de trabajo. Diego destaca un dato muy importante: aunque el tramo que vayamos a recorrer se haya anulado, se debe entregar, igualmente, el carné, con el fin de realizar el control. Además, señala: “No debemos ponernos nerviosos con los comisarios, ni discutir, en la medida de lo posible. Sólo conseguiremos cabrearnos y no lograremos que atiendan a nuestros razonamientos".Los puntos básicos a los que se debe prestar atención durante un rally son los siguientes:
1. Control del itinerario (con el rutómetro).
2. Lectura de las notas.
3. Control de los horarios.
4. Control de los tiempos realizados en cada tramo.