MQB: la solución de Volkswagen a las crisis

Suena a aquellas siglas de la guerra bacteriológica, pero MQB es el nombre de la guerra de Volkswagen contra el peso, los costes y la complejidad de sus múltiples productos: lo llaman “plataforma modular transversal".

MQB: la solución de Volkswagen a las crisis
MQB: la solución de Volkswagen a las crisis

Ni MQB ni “plataforma modular transversal" se entienden fácilmente. Pero es la respuesta de Volkswagen a posibles crisis, a poder construir más variedad de coches y a hacerlo con menos costes. Por supuesto, los precios para el comprador no bajarán. Seguirán como hasta ahora, pero, a cambio, dice VW,  se harán asequibles elementos de confort y de seguridad hasta ahora solo disponibles en coches de alta gama.  Y el catálogo de coches que podrá ofrecer será todavía más variado sin que eso dispare los costes. Si se lo tuviese que explicar a un niño, lo tendría fácil: “se trata de hacer que todos los elementos importantes del coche sean como piezas del Lego, cualquiera que escojas encajará, no importa si lo haces tú o tu hermano, si es de un Lego de aquí o te lo trajo tu tía Rita de Canadá. Pero para asegurarte que todo quede bien montado y no necesites pegamento, ni tornillos, para no complicarte, ni gastar más, usa solo las piezas de la caja de Lego. Tú preocúpate de la forma de quieras darle y de que quede bonito". Esto último es precisamente lo que tendrá que hacer cada una de las marcas (Audi, Seat, Skoda y VW) que el Grupo VW como matriz ya se ha encargado de hacer todas esas piezas de Lego específicas que harán falta.

No tan iguales como pensabas
Cualquiera podía ver que un Seat Leon , un Altea y un Toledo eran el mismo coche, más o menos. Los entendidos sabían que un VW Golf, un Seat Leon y un Audi A3 eran el mismo coche. Pues parece ser que no lo eran tanto, o al menos no tanto como se pretendía. Cada una de las pequeñas peculiaridades disparaba los precios o, por lo menos, VW ha encontrado la manera de hacer que sean realmente iguales. Que todo aquello en un coche que queda oculto a la vista sea realmente idéntico e intercambiable de verdad. Más aún, que en la planta de Sudáfrica, en Méjico o en Pamplona acabe habiendo una altísima uniformidad en los utillajes, aunque se fabriquen un Golf, un Beetle y un Polo, respectivamente. Las nuevas plantas que se están construyendo ya son clónicas, optimizadas para una capacidad o de 30 o de 60 coches a la hora. Acabamos de mezclar coches de distintos tamaños, exactamente lo que pretende hacer VW, aplicar este método de concepción y fabricación a todos los coches que van entre el escalón más pequeño que cubre la NSF (new small family, el VW Up, para entendernos) y el VW Passat. Y pronto veremos la primera entrega de esta nueva forma de diseñar y construir, con el Audi A3 que se dejará ver por vez primera en el Salón de Ginebra de 2012. Para el pilar central del grupo, el Golf, habrá que esperar a la séptima generación, que se lanzará a mediados de 2013.

60 por ciento del valor en 60 centímetros
Según VW, entre el eje delantero y el pedal de acelerador, visto el coche de perfil, se encierra el 60 por ciento del valor del coche. Si se consigue que en ese espacio todo este compuesto por elementos perfectamente intercambiables, se puede conseguir con poco coste una enorme cantidad de combinaciones posibles.

Motores, suspensiones, transmisiones, ejes, elementos de climatización y electrónica de confort: diseñado como piezas de Lego y mezcladas adecuadamente se puede conseguir una altísima variedad. El resto, las formas de la carrocería y las dimensiones totales quedan libres para que cada marca del grupo VW (Audi, Seat, Skoda y Volkswagen) pueda diseñar modelos a su gusto y del de sus clientes.

Nuevos motores, mismas potencias y cilindradas
El coste, dicen, ha sido enorme para modificar las fábricas de todo el mundo, pero que era la única manera de construir 220 modelos diferentes en las 90 fábricas repartidas por todo el mundo: aplicando racionalidad. Se ha uniformizado, por ejemplo, la posición de los motores, para que sea indistinto realmente a la de hora de fabricar que el coche sea un manual o un automático, un Diesel o un gasolina: la misma máquina toma el elemento que corresponde y lo instala, sin acoples, sin variaciones… sin costes adicionales. Cada pequeña variación, a costes de céntimos de euro, por el número de componentes de un coche, por ocho millones de coches producidos al año en el mundo es una cifra astronómica. Unificar la posición de los motores, algo tan nimio en apariencia, ha obligado a replantear los motores desde una hoja en blanco. De hecho, la nueva generación de motores que han estrenado VW Up, Seat Mii y Skoda Citigo  son la primera entrega de esta familia hipercompatible denominada internamente EA211. Por supuesto, se ha aprovechado para diseñarlos para que cumplan con las normas de contaminación venideras, para que sean fáciles de transformarse en híbridos, puedan funcionar con gas, etanol, biodiésel... Eso sí, son sustanciales cambios internos, en los catálogos veremos las mismas denominaciones comerciales 1.6 TDI (ahora con denominación interna EA288 en lugar de EA189) o 1.4 TSI, con cilindrada y escalones de potencias similares a las actuales. Solo los consumos veremos que habrán bajado. Y en parte, también por los ahorros de peso del coche que haber planteado la plataforma modular MQB habrá permitido.

Ejemplos de equipamiento nuevo
Cada marca elegirá en qué modelos y de qué manera implementa los avances en equipamiento. Nos han desvelado algunos de los que calarán desde los segmentos superiores, como el reconocimiento de señales de tráfico, el control de crucero por radar (con mantenimiento automático de la distancia de seguridad o frenado automático de emergencia), la conducción semiautónoma con el sistema de mantenimiento de carril, despliegue de estrategias precolisión, frenado automático postcolisión, etc.

Para versiones deportivas habrá un tren delantero con un diferencial vectorial, algo que hasta ahora sólo habíamos visto en las ruedas posteriores de algunas versiones deportivas de BMW o de Audi o en coches nacidos para rallye como los Mitsubishi Evo (Honda hace más de diez años tomó este camino y lo abandonó, pero no existía el desarrollo electrónico actual).