La movilidad entre cuatro paredes

El automóvil significa, desde la raíz de su propio nombre, movimiento, desplazamiento, aceleración, circulación… Por ello, parece que un montón de cacharros dispuestos uno tras otro y ¡parados! entre cuatro paredes tiene poco fundamento.

Sin embargo, la esencia está ahí, en forma de museo: un lugar en el que se “guardan objetos artísticos, científicos o de otro tipo, y en general de valor cultural", según la Real Academia de la Lengua. El valor cultural indudable del automóvil está recogido a lo largo y ancho de la geografía mundial a través de numerosos museos, pero, en esta ocasión, nos centraremos en algunas de las mejores muestras del Viejo Continente: Alemania, Francia, las importantes exposiciones ubicadas en Italia, Gran Bretaña o República Checa y, por supuesto, los importantes museos de que disponemos en España.

Sin duda alguna, Alemania es uno de los países con más tradición automovilística, este país es cuna de marcas como BMW, Volkswagen o Audi. No es de extrañar, por tanto, que precisamente allí se concentren la mayoría de los museos del automóvil del Viejo Continente. Estas exposiciones pueden ser monomarca, como la de Porsche, la de Audi o la de BMW, o más generales, como el Auto&Tecnick Museum de Sinsheim. El Auto&Tecnick es una muestra de 30.000 metros cuadrados con exposiciones permanentes y temporales que tratan temas diversos, relacionados con la ciencia y con especial atención a los inventos desarrollados a la par que los automóviles. Además, se enorgullecen de disponer de la muestra permanente de monoplazas de Fórmula Uno más importante de Europa. En sus salas se pueden contemplar el West McLaren Mercedes de Mikka Hakkinen o el espectacular Tyrrel P34, de seis ruedas. Pero no sólo el deporte tiene cabida en este museo ubicado en la A6 alemana, que une el circuito de velocidad de Hockenheim y la localidad Heilbronn, también hay espacio para los clásicos de siempre y para los bellos automóviles de los años 50 y 60 de los Estados Unidos. No falta un Cadillac de 1959, con 350 CV de potencia o un Chrysler 300 G, con cerca de 450 CV. Se muestran los vehículos de los ídolos cinematográficos de Hollywood, como James Dean o el inmortal Elvis Presley. El sueño americano, a través de los automóviles, está detallado mediante un paseo inolvidable por una ambientada ciudad estadounidense, escenario de las andanzas de cualquier rebelde con o sin causa. Si caminamos más atrás en el tiempo, también podemos encontrar ejemplos de los primeros automóviles de la historia. Esta etapa está representada por cerca de trescientas unidades pertenecientes a marcas como Rolls Royce, Bugatti o Mercedes.

Hace un poco más de dos años que Audi inauguró su Museo de la Movilidad en Ingolstadt (Alemania). La exposición cuenta con sesenta coches y veinte motocicletas que repasan la historia del fabricante desde que era conocido como Auto Union, NSU u Horch, hasta nuestros días. Entre las preciadas “joyas" que guarda este museo se pueden encontrar un restaurado 855 Roadster, ¡uno de los doce que se fabricaron!, o un 303 de 1927, que el es primer vehículo germano que equipaba un motor de ocho cilindros. Audi eligió esta ciudad alemana para ubicar el museo, porque precisamente allí comenzó su producción, ya como Audi, en 1949.

BMW también tiene ubicado su museo en Alemania, más concretamente en Munich. Se trata de un edificio diseñado siguiendo el ejemplo de una carrocería autoportante. Los modelos que se pueden encontrar en esta exposición van desde el año 1898, con un Wartburg con motor de 459 centímetros cúbicos y una potencia de 3 CV, hasta los modelos de esta década, pasando por la primera motocicleta con sistema antibloqueo de frenos (K 100) o el BMW 507 de año 1956. Dicho vehículo fue conducido, entre otros, por Elvis Presley en los años 60 y alcanzaba una exorbitante, para la época, velocidad de 200 kilómetros por hora.

Volkswagen no iba a ser menos, la marca de los vehículos para el pueblo inauguró en Wolfsburg una muestra acerca de la historia y la tecnología de la firma hace unas décadas. La idea de coleccionar los automóviles se remonta a 1953, cuando el director general de la compañía decidió “guardar" algunas unidades procedentes de las series limitadas. El AutoMuseum, que así se llama, dispone de más de ciento treinta modelos, que se encuentran expuestos en una antigua fábrica textil de la localidad germana. En algunos momentos de la historia, dicha colección llegó a reunir unos ciento ochenta modelos, incluyendo algunos de Audi, que, tras la inauguración de su propio museo, fueron trasladados a él.

Alfa Romeo, Ferrari, Maserati y Porsche se dan cita bajo el techo del Automuseum de Aschaffenburg, que alberga la prestigiosa colección privada del amante de los coches Rosso Bianco. Un total de doscientas piezas se encuentran en la ciudad germana de Aschaffenburg, ubicada a unos cuarenta kilómetros de Frankfurt, dentro de una fábrica de textil, como el museo de Volkswagen. Pese a que no hemos finalizado con los museos germanos, sigamos recorriendo, brevemente, otros países europeos. El turno ahora es de Francia.