La Opep producirá menos si Europa libera sus reservas y bajan los precios

Caracas acoge desde ayer la Cumbre de la Opep, un acontecimiento de carácter histórico que marcará el futuro de la economía occidental. Para empezar, los productores de petróleo ya han lanzado un aviso: si occidente presiona los precios a la baja, recortarán su producción.

La Opep producirá menos si Europa libera sus reservas y bajan los precios
La Opep producirá menos si Europa libera sus reservas y bajan los precios

Los países miembros del cartel han recibido con claro disgusto la decisión de Estados Unidos de abrir al mercado sus reservas estratégicas de crudo. Pero aún han encajado peor la intención de la Unión Europea de hacer lo mismo. Esta medida, muy complicada de adoptar desde el plano técnico, haría caer rápidamente los precios. Europa mantiene existencias para 111 días, pero están repartidas entre depósitos públicos y privados, con lo que su gestión se vuelve muy engorrosa.
Los exportadores han dejado claro que, si finalmente se lleva a cabo la apertura de las reservas, aprobarán recortes en su producción que mantengan los precios a niveles aceptables para sus economías.
Alí Rodríguez, presidente de la Opep, asegura que algunos países europeos ya han empezado a sacar su petróleo de reserva a la venta a escondidas.
El mandatario venezolano censuró fuertemente esta actitud y defendió el sistema de control de la Opep, la banda de precios que va de 22 a 28 dólares.
Con esta polémica, la Opep ha visto agriarse la celebración de su 40 aniversario, motivo de esta reunión de altísimo nivel que agrupa a jefes de estado y presidentes de gobierno de los países miembros. Se esperaba que el encuentro no incluyese discusiones sobre el mercado, pero ninguno de los asistentes ha podido evitarlo, habida cuenta de las fuertes tensiones que se viven estos días.
Desde el seno de la organización, sus principales expertos siguen asegurando que hay suficiente crudo en circulación y que la crisis de precios viene provocada por la especulación y los fuertes impuestos occidentales. Insisten en que el próximo lunes, con el aumento de la producción que aprobaron el día 10 de septiembre, la oferta de petróleo superará ampliamente la demanda.
Con este trasfondo, el petróleo experimentó ayer una tibia bajada en Nueva York, cerrando a 31,50 dólares. En Londres, en cambio, subió de manera casi imperceptible hasta los 30,42 dólares. Para hoy se esperan nuevas bajadas, ya que se harán públicos los datos de existencias del Instituto Americano del Petróleo, que se prevén positivos.

Mallorca, contra las cuerdas
Con la atención mundial centrada en la reunión de Caracas, en España se contiene el aliento a la espera de acontecimientos. Transportistas y agricultores permanecen en capilla dispuestos a colapsar el país la semana que viene. El Gobierno ya les ha dicho que sancionará todas las movilizaciones que se celebren sin previo aviso, así como aquellas que no sean avisadas con la suficiente antelación.
En Mallorca, donde los ánimos están más encrespados, las protestas han subido de tono y se espera que hoy mismo se agoten las existencias de combustibles en las gasolineras, con lo que el caos puede apoderarse de la isla. Los tractores y los camiones mantienen bloqueados los depósitos de carburantes y no hay suministros.
Para el próximo viernes, a modo de aperitivo de lo que será la "semana grande" de las movilizaciones, ASAJA y COAG bloquearán la distribución de hidrocarburos en Castilla y León. Estas dos asociaciones de agricultores y ganaderos cuentan con gran implantación en dicha Comunidad y hacen la guerra por su cuenta, un tanto alejadas del resto de los agricultores y los camioneros.
En el ámbito europeo, Francia prepara a marchas forzadas una propuesta que planteará a la Unión Europea para solventar esta dilatada crisis. Se especula con la posibilidad de que dicha solución pase por abrir las reservas estratégicas, pero aún no se ha confirmado nada.
Entre tanto, se reproducen las protestas y Berlín, la capital de Alemania, está completamente colapsada por más de 3.000 camiones, que la han sometido a un implacable asedio.
El Gobierno de Schroeder resiste las protestas, pero ya ha hecho alguna concesión. Su última propuesta pasa por apoyar fiscalmente a los transportistas en apuros y por imponer una tasa a los camiones extranjeros que crucen su país. Esta última idea ha sido muy mal acogida por los camioneros europeos.
El canciller alemán se ha quejado por las ayudas que otros Gobiernos de la Unión han ofrecido a sus respectivos sectores del transporte. Considera Schroeder que estas ventajas restan competitividad a los camiones germanos.