Según un estudio elaborado por la Agencia EFE, los precios no han dejado de subir en todo el año. Las petroleras, acusadas entonces y ahora de concertar los precios, siguen culpando a la mala situación económica internacional de las subidas de precios.
En su campaña por abrir el mercado, el Gobierno ha dado hoy un nuevo paso. Desde mañana, todas las compañías petroleras que operan en España están obligadas a informar al Ministerio de Economía de cualquier subida de precios antes de llevarla a cabo. Después, la Administración actualizará la subida en la página web sobre precios que ofrece en la dirección www.meh.es.
Sin embargo, esta medida ya resulta escasa para las docenas de asociaciones y organizaciones de profesionales y consumidores que se han alzado en pie de guerra contra las subidas de los combustibles. Fenadismer, la principal agrupación de transportistas autónomos, ha hecho público su temor a próximas subidas de precios que dejarían el gasóleo cuatro pesetas más arriba de lo que está.
Su portavoz, Juan José Gil, acusó de nuevo a las compañías de pactar los precios y reclamó la bajada de los impuestos que gravan los combustibles.
A sus acusaciones y peticiones se han unido otras voces. Entre ellas la del portavoz de los agricultores de ASAJA, Pedro Barato, quien mañana jueves trasladará sus quejas al ministro de agricultura Miguel Arias Cañete.
Desde Asintra, la patronal del transporte de viajeros por carretera, se ha asegurado hoy que el alza de los combustibles está descapitalizando a las empresas de autobuses. Su secretario general, Lorenzo Chacón, pidió a Bruselas la implantación a escala comunitaria de un gasóleo profesional subvencionado. También abundó en reclamar una rebaja de impuestos.
Hoy miércoles, Elvira Rodríguez, secretaria de Estado de Presupuestos, ha salido al paso de estas reivindicaciones asegurando que Hacienda está ingresando menos de lo esperado con el impuesto de hidrocarburos. De sus palabras se desprende que los altos precios han contraído el consumo de gasolina y gasóleo.
Calma en las bolsas
En el orden internacional, el petróleo ha vivido una jornada de tensa calma, sin grandes cambios en su cotización. Nueva York se acerca a su cierre con un precio muy similar al del martes, aunque un último empujón llevó el precio hasta los 33 dólares, mientras que Londres ha registrado bajadas todo el día, pero de tan escaso fuste que al final subió levemente.
Los operadores, después de dos días de locura, han frenado su ritmo hoy pendientes de dos noticias importantes. Por un lado, una reunión del Consejo Petrolífero de Arabia Saudí para evaluar la situación mundial. De este encuentro salió una información que hablaba de la intención de Arabia Saudí de trabajar con sus socios de la Opep en un aumento de las extracciones. Sólo un rumor, pero un bálsamo para el marasmo de los mercados. Si los saudíes imponen su opinión, podría empezar a verse la luz al final del túnel.
Sobre esta decisión pesará el hecho de que el crudo de la Opep lleva 12 días por encima de los 28 dólares, precio que la organización señaló como nivel de emergencia. Superado durante 21 días, los productores deberían bombear más crudo de forma automática. Pero nadie sabe si querrán hacerlo y, lo que es peor, si podrán.
Por otro lado, el mercado londinense se ha hecho eco hoy de lo que sucedió ayer en Nueva York. Allí, los datos sobre los niveles de reservas de crudo mejoraron levemente, lo que apaciguó un tanto las aguas.
Durante el jueves habrá más datos sobre almacenamiento de reservas, con lo que se esperan nuevas variaciones.
Llenar el depósito de gasóleo, 900 pesetas más caro que hace un año
A finales de agosto de 1999, llenar el depósito de un vehículo Diesel costaba 900 pesetas menos que hoy. Si era súper, la diferencia era de 1.000 pesetas, mientras que llenarlo de sin plomo costaba 800 pesetas menos. La culpa, de la carestía del petróleo
