Las gasolineras acusan al Gobierno de favorecer a los hipermercados

La Federación Catalana de Estaciones de Servicio ha levantado la bandera de la rebeldía contra el Gobierno. Con el apoyo de otras asociaciones, los empresarios de Cataluña están dispuestos a denunciar en Bruselas lo que consideran trato de favor hacia los supermercados

Las gasolineras acusan al Gobierno de favorecer a los hipermercados
Las gasolineras acusan al Gobierno de favorecer a los hipermercados

El paquete liberalizador aprobado por el Gobierno hace unas semanas contempla una polémica medida: fomentar la instalación de gasolineras en los hipermercados y centros comerciales de nueva planta. El texto legal tiene una ambigüedad: no aclara si va a ser obligatorio que cada nuevo centro de este tipo construya una estación de servicio. "incorporarán entre sus equipamientos, al menos, una instalación para suministro de productos petrolíferos a vehículos", reza el decreto. Los expertos no se ponen de acuerdo en decidir si es o no una obligación. Los propietarios de las gasolinersa y las petroleras creen que sí, el Ministerio de Economía insiste en decir que no.
Sea como sea, los empresarios consideran que el Gobierno apoya claramente al sector de los hipermercados, discriminando a las estaciones de servicio. Por este motivo, la Federación Catalana estudia en estos momentos la elaboración de un recurso que se elevaría a los tribunales europeos de defensa de la competencia.
Esta federación agrupa al 21 por ciento de las estaciones de servicio de España. Está dirigida por Manuel Amado, empresario que se ha distinguido en los últimos años por su carácter combativo.. Amado tiene previsto reunirse con el conseller de Industria de la Generalitat catalana para tratar el problema. Después, iniciará las acciones que crea convenientes. "Este Goberino gobierna para unos pocos y contra muchos", subraya Amado.
Con esta decisión, los gasolineros españoles abandonan el entusiasmo inicial con que recibieron la normativa gubernamental y adoptan una postura mucho más crítica. Desde la Asociación de Operadores Petrolíferos, AOP, también se ha mostrado preocupación ante este asunto. Como ejemplo señalan a Francia, donde la proliferación de estaciones en los centros comerciales ha herido de muerte al sector tradicional de las gasolineras.

El fin del espejismo
Con estas novedades legales, el Gobierno quiere propiciar como sea una bajada de los precios de los carburantes. Lo cierto es que pocas veces lo va a tener más fácil que la semana pasada. Hace diez días, Arabia Saudí, principal productor del mundo, anunció que pensaba incrementar su producción en medio millón de barriles diarios. Esta noticia hizo caer los precios del crudo rápidamente y en los operadores se instaló un tibio optimismo.
Sin embargo, la Opep no estaba dispuesta a permitir que su principal pilar tirase por su lado sin contar con el resto del cártel. Alí Rodríguez, presidente de la organización, ha recorrido en los tres últimos días toda la zona del Golfo Pérsico y ha logrado frenar las intenciones de Arabia Saudí. Ayer anunció, junto con el ministro del petróleo del país árabe, que el incremento de producción anunciado hace diez días no tendrá lugar. Al menos hasta finales de mes y siempre buscando el consenso del cártel.
Lo que sí hará la Opep será reproducir el sistema de banda de precios que ya fracasó en mayo: si el precio medio supera los 28 dólares por barril durante 20 días hábiles desde el pasado uno de julio, aumentarán la producción. Este plazo expirará el día 28 de julio, con lo que no habrá decisiones hasta entonces.
Apenas se hizo esta declaración, el precio del crudo se disparó de nuevo y en la mañana de hoy marcaba 30,3 dólares en los mercados asiáticos, los primeros en abrir.
Con estas condiciones, poco importa lo que hagan los Gobiernos locales, las tarifas de los surtidores no pueden bajar. No sólo eso, tendrán que subir, como han hecho en Brasil, donde la Administración ha tenido que elevarlas un 11 por ciento por decreto, para paliar así el fuerte déficit del sector.