El petróleo vuelve a la cuerda floja

Pese a que Arabia Saudí todavía no ha puesto en marcha el incremento de producción anunciado, los precios han vuelto a bajar. En estos momentos, el barril cuesta 29,72 dólares en los mercados asiáticos.

La volatilidad es extrema. El viernes pasado, los precios volvían a subir por culpa de las declaraciones hechas por los mandatarios de la Opep, el cártel de los países productores.
Desde Venezuela, los responsables del petróleo insinuaron que el anuncio de Arabia Saudí no era más que una maniobra para que bajaran los precios. Además, Alí Rodríguez, presidente de la Opep, aseguró que esta organización no romperá su sistema de toma de decisiones por consenso y no incrementará su producción.
Esas declaraciones fueron suficiente para que de nuevo cundiera el pánico en los mercados y el barril remontase hasta los 30,28 dólares.
Sin embargo, durante el fin de semana se extendieron nuevos rumores. Según muchos expertos, Arabia Saudí está a punto de convencer a sus socios de la Opep para que aumenten las extracciones. Resultado: apertura semanal a la baja de los mercados orientales, primeros en operar cada día.
A esta última fluctuación ha contribuido también el hecho de que el precio de la gasolina ha bajado por primera vez en meses. La demanda estadounidense se ha estabilizado después de semanas de crecimiento y parece que eso ha tranquilizado un poco a los intermediarios.
Sin embargo, en España, los precios no se dan por enterados de estas modificaciones y siguen a un nivel que levanta ampollas en los consumidores. Para buscar soluciones a esta situación, los empresarios de gasolineras españoles celebrarán una reunión en Madrid los días 13 y 14 a la que han sido convocados sus colegas de la Unión Europea. A esta asamblea de empresarios europeos se la denomina EPRASS y tendrá como objetivo unificar posturas a escala continental. Por un lado, pedirán la progresiva eliminación de los contratos de exclusividad y, por otro, plantearán la existencia de un hipotético acuerdo entre las petroleras para imponer los precios en cada país de la Unión.
Al hilo de esta hipótesis, en Suecia continúa la polémica por la multa impuesta a varias petroleras acusadas de pactar las tarifas. Shell, una de las condenadas, ha despedido al presidente de su filial nórdica.

La solución verde El Gobierno español, mientras tanto, ha decidido poner en marcha una interesante alternativa a los combustibles tradicionales. Se trata de un biocarburante que se produce a partir de aceites vegetales pesados, como los procedentes del girasol, la colza, o la palma. Para confeccionarlos, se mezcla un 20 por ciento de aceite con un 80 por ciento de metanol, un derivado del petróleo.
El Ministerio de Agricultura ha impulsado la utilización de este nuevo biocarburante por dos motivos. Uno es lograr un combustible barato para la maquinaria agrícola. Se calcula que este nuevo producto será un diez por ciento más económico que el actual gasóleo B y estará en el mercado en un año. Otro objetivo es estimular los cultivos de las materias primas necesarias para producirlo.
En España hace tiempo que se investiga en este sentido, pero pensando en motores de gasolina. Hasta ahora, se ha logrado producir un bioetanol, un alcohol que se extrae de ciertas plantas, como el maíz, la cebada o el trigo y se mezcla con productos petrolíferos.
La principal empresa que genera este combustible alternativo es Ecocarburantes, propiedad de Cepsa y del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía, IDEA. Esta compañía mixta elabora el ETB, que mezcla gasolina con bioetanol. Actualmente se fabrican en España 100.000 toneladas por año de este líquido.