Los trastornos del corazón no afectan a la seguridad vial

Los efectos de las enfermedades del corazón en la conducción es un problema que no se ha estudiado mucho desde el punto de vista científico, pero que preocupa mucho a los pacientes. La mesa redonda organizada por ADA aclaró muchas incógnitas al respecto.

Los trastornos del corazón no afectan a la seguridad vial
Los trastornos del corazón no afectan a la seguridad vial

En los salones de la Fundación ADA (Ayuda al Automovilista) se celebró ayer, lunes 26, la mesa redonda "El Corazón y la Cabeza al Volante". El tema, poco tratado en nuestro país, despierta gran inquietud entre los numerosos pacientes que se sientan al volante cada día. Los ponentes lanzaron un mensaje tranquilizador, la conducción y los trastornos cardiovasculares son compatibles.
Leandro Plaza Celemín, jefe del servicio de cardiología del Hospital Carlos III, destacó que a falta de un tratamiento total de las enfermedades cardiovasculares se intenta llevar un "tratamiento de momento" que permita llevar una vida normal con la enfermedad. Tras una angina de pecho, sólo hay un cierto riesgo de sufrir una muerte súbita durante el primer mes, "a partir del segundo mes se puede conducir".
Un caso diferente es el de los pacientes que llevan un tratamiento anticoagulante, "deberían llevar una placa con el rh y que indique que lleva un tratamiento anticoagulante". Esta placa informativa permitiría actuar con rapidez en caso de accidente. Plaza Celemín también tranquilizó a los conductores que llevan marcapasos, "la sofisticación de los automóviles todavía no afecta para nada al marcapasos", y a los que sufren hipertensión arterial, "es lógico que suba el pulso mientras conducimos, el paciente se asusta, pero es muy difícil que tenga un ataque".
El doctor González Luque se centró en la importancia de establecer criterios individuales para ver si un enfermo del corazón tiene mayor o menor posibilidad de accidente "en función del nivel funcional que tenga el paciente se establecerá su aptitud". González calcula que el riesgo para la conducción durante el primer año para los pacientes en general "es similar a la de las personas normales de 50 a 65 años, la muerte súbita de un paciente conductor es un hecho raro. El riesgo, si existe, es para pacientes descompensados, sin dietas y sin seguimiento". Las únicas restricciones a la conducción de estos pacientes "viene dada por bajar el tiempo de revisión".
Los pilotos Balba González Camino y Miguel Angel Castro trataron el tema desde el punto de vista de la conducción. Ambos destacaron la importancia de "la cabeza" en la conducción y cómo esto va unido al corazón, " lo importante es conseguir bajar el ritmo cardiaco y conseguir el máximo riego sanguíneo hacia el cerebro". Miguel Angel criticó la forma de conducción y la alteración de los conductores en el día a día, "me encuentro mucho más seguro en las carreras que en la carretera".
En la mesa también estuvieron presentes Mª Luisa Fernández y Jiménez, directora general de la Fundación Española del Corazón, el Director General de Tráfico, Muñoz Repiso, y el presidente de la Fundación ADA, Víctor Montes.