Francia paralizada por los camioneros

Los empresarios franceses arrancaron a su gobierno una ley de 35 horas "light". Ahora, sus empleados se echan a la calle para que la normativa entre en vigor con todas las de la ley.

A las protestas se han unido los profesionales de todas las ramas del transporte: mercancías, viajeros, sanitario, urbano... La lucha tiene como objetivo la paralización del decreto que pone en marcha la semana laboral de 35 horas. Los transportistas asalariados entienden que esta ley, tal y como entra en vigor, les perjudica.
Hace unas semanas, los empresarios galos del transporte bloquearon las fronteras del país para rebajar las condiciones de la ley de 35 horas. Ahora, sus empleados se han propuesto paralizar el país para evitar que se aplique ese texto legal hasta que no se haga en las condiciones originales. El gobierno francés concedió a los empresarios la posibilidad de hacer que sus empleados trabajen más de 35 horas semanales: hasta 55 en el caso de largo recorrido y 52 para el resto.
Los camioneros quieren que no se pase de 35 horas y que todo lo que exceda ese límite se pague a precio de hora extraordinaria. La Administración se ha mostrado receptiva en este sentido, pero no parece dispuesta a forzar a los empresarios a aceptar las 35 horas. Las centrales sindicales francesas saben que no pueden exigir las 35 horas para todas las empresas, porque caería su competitividad, pero sí piden un recorte sobre lo que trabajan actualmente, así como compensaciones económicas para los empleados que tengan que trabajar más de lo legal. Además, los asalariados quieren un aumento de sueldo, mayor compensación por el trabajo nocturno y armonización con las condiciones de trabajo europeas. También quieren que el tiempo de espera entre carga y descarga se pague como tiempo de trabajo, no como hasta ahora.
En sus protestas, los camioneros galos han cortado el tráfico en vías claves del país, como el paso fronterizo de Rekkem, en el norte, los pasos hacia Alemania, en Alsacia, y el Puente de Europa, en Estrasburgo. Otras autopistas interiores también se han cerrado, como la A-23, en Nantes y en Le Mans, o la N-11, en la Rochelle. Las fronteras con España no se han cerrado de momento. El ministro español de Fomento, Rafael Arias-Salgado, ha reclamado la apertura inmediata de un corredor que asegure el libre tránsito de las mercancías a través de Francia. Arias-Salgado quiere que se establezca este pasillo de modo que no se lesionen los intereses de los transportistas y exportadores españoles y sin que se dañe el derecho de huelga de los franceses.
Por su parte, los sindicatos españoles permanecen a la espera y apoyan a sus colegas franceses. Rómulo Silva, de Comisiones Obreras, señala que en España sería un éxito no ya la jornada de 35 horas, sino la imposición de algún tipo de legislación en este sentido. El sector del transporte es el único de la Unión Europea que no dispone de este tipo de regulación. Actualmente se estudia una directiva, pero nada obliga a los empresarios a establecer una determinada jornada, con lo que la media de horas del sector ronda las 70 semanales. CC.OO, junto con UGT, lucha para la implantación de las 48 horas semanales, lo que sería un éxito histórico, según Silva. Pese al oposición de la Administración, ambos sindicatos quieren que la legislación se imponga también a los autónomos, mayoritarios en el sector del transporte en España, que emplea a unas 800.000 personas.