Argentina y Brasil mantendrán su acuerdo comercial para la automoción

Fernando de la Rúa y Henrique Cardoso, presidentes de las repúblicas de Argentina y Brasil respectivamente, sellaron personalmente la prórroga del acuerdo de comercio automovilístico bilateral.

El nuevo pacto prolonga en 60 días el tratado bilateral que estipula la libre circulación de productos automovilísticos entre Argentina y Brasil. El acuerdo anterior caducó el pasado día 31 de diciembre y fue necesaria la intervención de los jefes de estado de ambos países para lograr una prórroga. Ésta evitará la introducción de un arancel del 15 por ciento en el comercio entre ambos colosos y permitirá que prosigan las negociaciones entre los socios del Mercosur, el mercado común del Cono Sur. Actualmente los miembros negocian la completa liberalización del comercio interno y el establecimiento de un arancel externo común. En este mercado participan Uruguay y Paraguay, además de Argentina y Brasil. Parte importante de estos intercambios es la automoción, que habrá de regirse en función de lo que decidan Argentina y Brasil, puesto que son los dos únicos socios con una producción automovilística relevante. De ahí que la prórroga sea vital para proseguir con los trabajos de armonización interna sin que aparezcan tensiones arancelarias. Entre los días 12 y 15 de enero se reanudarán los conversaciones que permitirán llegar al acuerdo común definitivo. Este tratado será el que rija la transición del Mercosur en materia automovilística desde el año 2000 al 2004, cuando está previsto el libre comercio total de coches. En principio, el intercambio de automóviles sin trabas entre los países del Mecosur debería haber empezado con el año 2000. Sin embargo, la falta de acuerdo entre Argentina y Brasil llevó a que se aplazase hasta el 2004.
Argentina ha anunciado ya que prolongará la validez del pacto mediante un decreto que se elaborará en función del consenso alcanzado con Brasil. Los responsables argentinos están seriamente preocupados por la fuga constante de empresas del sector hacia su vecino carioca. Se trata sobre todo de empresas que fabrican componentes. Estas compañías emigran a Brasil buscando abaratar costes gracias a una mano de obra más barata. La última fuga la ha protagonizado la multinacional Delphi, que se lleva a tierras brasileñas una de sus plantas argentinas, provocando la pérdida del puesto de trabajo de 400 empleados.