Ferrari defiende su "actuación" en Austria

"El incidente que se produjo en la última vuelta". Este eufemismo es el que utiliza la Federación Internacional de Automovilismo para referirse al chalaneo que organizó Ferrari en el Gran Premio de Austria para que Barrichello cediese la victoria a Michael Schumacher, líder del Mundial de Fórmula 1. En medio de una despiadada tormenta de críticas, insultos y una investigación oficial de la FIA, la escudería asegura que "no hay espacio para el sentimiento en el deporte" y defiende su táctica.

Ferrari defiende su "actuación" en Austria
Ferrari defiende su "actuación" en Austria

"Payasada", "vergüenza", "timo", "estafa", "bufonada"... Estos son algunos de los calificativos que ha recibido la actuación de Ferrari en la prensa internacional. Pilotos gloriosos como Emerson Fittipaldi o Nelson Piquet han expresado su bochorno ante la poco ética maniobra de Ferrari, que, como se recordará, mandó frenar a Barrichello cuando iba a ganar merecidamente la carrera, para que fuese Schumacher el vencedor. Fittipaldi ha asegurado que él no hubiera respetado las órdenes de equipo, mientras que Piquet ha recomendado a Barrichello que lea mejor los contratos antes de firmarlos.

Hasta el cura de Maranello se ha puesto contra el equipo y duda si alguna vez perdonará en confesión a los jefes de la escudería por lo que han hecho.

Ante semejante chaparrón de críticas y descalificativos, la plana mayor de Ferrari ha bajado a la arena para defender el trabajo de sus pilotos y técnicos. El propio Luca di Montezemolo, presidente de la empresa, ha explicado que "no hay espacio para los sentimientos en el deporte". Con esta expresión quiere decir que la escudería es una empresa que tiene que ganar y no puede permitirse errores ni sentimentalismos.

"Me pareció triste que no pudiera ganar Barrichello, pero apoyé la llamada de Jean Todt (jefe del equipo) para ordenarle que frenara", asegura. "Podríamos haber fingido un adelantamiento y no se habría enterado nadie, pero habría sido mucho menos honesto", dice Montezemolo. "Hubiera sido fácil de organizar: con sólo poner 10 litros más de combustible en el coche de Rubens, Michael le hubiera rebasado. Pero no lo hicimos porque estaba claro que Barrichello era el vencedor moral", sentencia.

El mandamás de Maranello justifica la polémica decisión apelando a la historia de Ferrari: en 1997 y 1998 perdieron el Mundial en la última carrera, con lo que necesitan todos los puntos para impedir que esto pueda volver a pasar. "Sé que la gente está enfadada, pero hicimos lo correcto", señala Montezemolo.

Por su parte, Jean Todt se ha limitado a decir que hicieron lo que tenían que hacer y que Barrichello es el ganador moral de la prueba, "un gran profesional".

A modo de compensación, el estado italiano ha decidido conceder a Rubens la carta de ciudadanía.