Michael Schumacher, Imperator

En la Fórmula 1 manda un hombre. Se llama Michael Schumacher y, a su paso, el resto de pilotos sólo pueden descubrirse y rendir pleitesía. Es el emperador. Su exhibición hoy en Imola pasará a la historia. Pocas veces en la Fórmula 1 moderna se ha visto a un hombre tan superior al resto. Sus casi 20 segundos de diferencia con Ralf Schumacher, tercer clasificado, son más elocuentes que cualquier cosa que pueda escribir este cronista.

Michael Schumacher, <i>Imperator</I>
Michael Schumacher, <i>Imperator</I>

Lo tenía fácil Schumacher para imponer su dominio, su imperio. El coche nuevo, F2002, es más poderoso que cualquier otro de los que han corrido nunca en esta competición. Imola es un circuito en el que Ferrari corre en casa y arropado por un público que le idolatra. El frío y la leve lluvia que precedieron a la carrera favorecían a los neumáticos Bridgestone que calzan los de Maranello. Y, por si fuera poco, Rubens Barrichello salía en la segunda plaza de la parrilla, el mejor puesto para hacer de tapón y permitir que su jefe de filas abriese el hueco que abrió, un verdadero abismo.

Con todo a favor, el día no pudo ser más propicio para el campeón del mundo y, sin embargo, al principio de la prueba se torcieron un poco los planes de Ferrari. Sobre la misma línea de salida, Ralf Schumacher logra adelantar a Barrichello y, por unos instantes, da la impresión de que el de Williams puede complicar la vida de su hermano mayor. Pura ilusión. Apenas tres vueltas a Imola sirven para dejar claro quién va a ser el ganador de este Gran Premio de San Marino.

La exhibición, el paseo militar de Michael Schumacher, ha sido un golpe demoledor para el resto de escuderías. Todo el mundo esperaba que la Fórmula 1 llegase a Europa. En el Viejo Continente, con más presión y más pasión, los rivales directos, Williams y McLaren, esperaban acabar con el control de Ferrari sobre la competición. Sin embargo, tras su gira triunfal por Australia, Asia y América, el emperador pisa su tierra y aplasta cualquier conato de rebelión. Hoy por hoy, nadie puede con él.

Los números de la bestia
Todo ha sido superlativo en el Michael Schumacher que ha arrasado hoy en Imola. Sus tiempos serán largamente recordados. En la vuelta 11 ya superaba a Ralf en 9 segundos. Montoya, tercero en ese momento, estaba a ¡18 segundos! Michael Schumacher marcaba vuelta rápida tras vuelta rápida buscando tranquilo un rival a su altura, alguien con quien divertirse, y sólo encontraba la soledad de las alturas. De no ser por los doblados que se iba encontrando, el alemán podría haber pensado que corría solo, que una desbandada general le había dejado como dueño y señor de "su" competición.

En las condiciones en que estaba Imola, con los neumáticos Michelin incapaces de encontrar su tono de carrera, el Ferrari y sus Bridgestone es un coche imbatible. Además, Schumacher dio una verdadera lección de pilotaje.

Lo único que interesó, fuera de tamaña demostración de poder, fue la lucha por el segundo puesto. Barrichello se mantuvo siempre cerca de Ralf Schumacher y, tras un paso por boxes, se hizo con el codiciado segundo lugar. Los de Williams tiraron ahí la toalla y el público, asombrado por la sucesión de vueltas rápidas de Michael, empezó a festejar un triunfo espectacular.

Cuando bajaba la bandera de cuadros, Michael Schumacher había completado una de las victorias más contundentes de su carrera. Su compañero Barrichello entraba a más de 17 segundos, su hermano Ralf, a casi 20 y Montoya, humillado, vencido y con problemas en el coche, a más de ¡44 segundos! Pero no sólo eso. El quinto clasificado fue Jenson Button, que acabó a 1 minuto y 24 segundos. El sexto, David Coulthard, cruzó la meta con su McLaren envuelto en la vergüenza de ser doblado por el Ferrari del emperador Schumacher.

El dolor, la tremenda afrenta que han sufrido todos los aspirantes al título tardará mucho en borrarse. Seguro que todos llegan a la próxima carrera espoleados y hambrientos de revancha. Sin embargo, la autoridad del campeón necesita de algo más que rabia para ser contestada.

Decepción para De la Rosa
Muy lejos de la exhibición de cabeza, Pedro de la Rosa hizo su carrera particular, luchando con todas sus fuerzas contra la incapacidad de su Jaguar.

El español empezó bien, adelantando a muchos pilotos y escalando posiciones. Poco a poco llegó a la decimocuarta plaza del pelotón. El coche no iba bien, pero daba la impresión de que podría aguantar el tipo. No fue así. Tras una entrada a boxes, el motor se vino abajo y De la Rosa tuvo que abandonar. Para su fortuna, Eddie Irvine, su compañero de equipo, también se retiró.

Igual suerte corrieron otros 11 coches, entre los que hay que situar a los dos Toyota, los dos Jordan, los dos Arrows, el BAR de Panis y el McLaren de Raikkonen.

Es de destacar el buen trabajo de Button, que logró una meritoria quinta plaza en medio del temporal Schumacher, evidenciando el gran progreso del Renalt. También mejoran los Sauber, que lograron la séptima y octava plaza.

Tras la carrera de San Marino, Schumacher es más líder, con 34 puntos en su casillero. Le siguen Ralf, con 20, y Montoya, con 17 puntos. Por su parte, Ferrari también lidera la clasificación de marcas con 40 puntos por 37 de Williams.

Faltan dos semanas para que la Fórmula 1 dispute su próxima carrera. Será en Barcelona. Hasta entonces, los que aún tengan esperanzas deberán lamer las heridas y apretar los dientes. Tienen mucho que mejorar si quieren la corona del emperador.