Escasa circulación en un fin de semana ‘’real’’

Madrid ha recuperado hoy la normalidad y sus habituales atascos, después de un fin de semana con escasa circulación. La boda real del príncipe Felipe y Letizia Ortiz obligó a los conductores a aparcar el coche durante el viernes y el sábado. Los cortes de tráfico y la expectación por ver el enlace en televisión dejaron prácticamente desiertas todas las calles de la Capital, menos las del Centro, donde el paseo nupcial congregó a cientos de peatones.

Escasa circulación en un fin de semana ‘’real’’
Escasa circulación en un fin de semana ‘’real’’

Ya el viernes por la mañana las previsiones apuntaban en Madrid fuertes atascos con motivo de la boda del príncipe Felipe y Doña Letizia Ortiz. Los cortes de tráfico que sufrirían gran parte de las avenidas neurálgicas de la ciudad hacían temer lo peor. Por si acaso, numerosos colegios, comercios e, incluso, taxistas decidían acabar prematuramente su jornada ante lo que se les venía encima: el colapso del siglo.Finalmente, sin embargo, no sólo no fue el colapso del siglo, sino que ni siquiera el de la semana. Nada de nada. No hubo tal atasco. El mensaje catastrofista lanzado desde el Ayuntamiento obtuvo el resultado esperado y disuadió a la mayor parte de los conductores madrileños. Por poner un ejemplo, a las cuatro de la tarde un autobús de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de la línea 15 (que atraviesa el corazón de la ciudad) tardaba menos de 20 minutos en recorrer la distancia que separa la calle Doctor Esquerdo de la Puerta del Sol. Increíble.Poco después, la Gran Vía fue cortada al tránsito, una medida que tampoco afectó a la circulación por el resto de la ciudad. Los automovilistas transitaban con fluidez y sin retenciones. Tan disuasiva fue la alarma que, a eso de las 18:00 horas, el Consistorio confirmaba lo que los viandantes ya comprobaban: la circulación había descendido en más de un 50 por ciento con respecto a cualquier otro día normal.Menos coches, si cabe, registraron las calles de Madrid durante la jornada del sábado, la del enlace de los ya príncipes de Asturias. La expectación de los ciudadanos por no perderse detalle de la boda se reflejó claramente por toda la ciudad, con calles y avenidas completamente vacías. Salvo las más céntricas, claro, donde cientos de personas se agolparon para presenciar, a pesar de la fuerte lluvia, el flamante Rolls-Royce con el que los novios se desplazaron desde la Almudena hasta la basílica de Atocha. Ésa fue la tónica general de las dos jornadas: una ciudad convertida en una inmensa avenida peatonal. Así fue hasta las 20:00 horas del sábado, hora en la que las arterias de la ciudad se volvieron a abrir al tráfico y la capital recuperó la normalidad. Esta mañana ya se podían observar los fuertes atascos de todos los lunes.Por otra parte, la Junta Municipal de Gobierno de Madrid aprobó ayer destinar 15 millones de euros para “mejorar, acondicionar y remodelar " sus aceras y calzadas. Los nuevos trabajos, conocidos cada año como “Operación Asfalto", comenzarán a principios de julio y se extenderán hasta septiembre. En total, se renovará el pavimento de 154 vías de los 21 distritos madrileños, frente a las 26 del pasado verano.