Mitsubishi diseña un plan de salvación

Desde que DaimlerChrysler anunció su intención de no inyectar más capital en la compañía nipona, Mitsubishi ha ido de mal en peor. Ahora, acaba de diseñar un paquete de medidas con el que pretende volver a los beneficios en 2005.

La financiación que DaimlerChrysler aportaba a su socio japonés Mitsubishi, del que poseía el 37 por ciento, se agotó el mes pasado, cuando el fabricante germano-estadounidense anunció que no iba a inyectar más capital en la compañía nipona. Ésta también se ha visto golpeada por los préstamos blandos concedidos para adquirir automóviles en Estados Unidos, una estrategia que ha ocasionado grandes pérdidas.Con el fin de salvar esta situación, la marca de los diamantes –única automovilística japonesa que registra pérdidas- ha planeado un “nuevo y eficaz" sistema de financiación, por el que recibirá un paquete de ayudas de 3.800 millones de dólares (3.122 millones de euros). El capital llegará desde varias compañías del grupo (entre ellas, el banco que posee el consorcio). Además, el constructor baraja nuevos fondos de inversión en Japón y en el extranjero, por lo que podría recibir más ayudas y cumpliría su objetivo: volver a los beneficios en 2005.El plan de salvamento también incluye el cierre de la planta de motores que la marca posee en Australia, lo que significaría la pérdida de 900 puestos de trabajo. Sin embargo, su factoría de ensamblaje permanecerá abierta, asegurando 2.500 empleos. Tampoco Japón se librará de los despidos: la fábrica que produce el modelo Montero será clausurada y 1.000 trabajadores se enfrentarán a prejubilaciones o rescisiones de contrato.Por otra parte, el 37 por ciento de la compañía que posee DaimlerChrysler será rebajado hasta el 33 por ciento, con lo que el control operativo del constructor volverá a los japoneses. Desde hoy, no habrá ejecutivos del fabricante germano-estadounidense (que, con la caída de su participación en Mitsubishi, también ha perdido su derecho de veto) en el comité directivo.El consejero delegado de Mitsubishi España, Ferdinand Feller, ha afirmado que los problemas por los que atraviesa la marca no afectan a su filial en nuestro país. “Lo que ha sucedido en Japón no se ha extendido a Europa, donde nuestra imagen está muy consolidada", ha asegurado, según recoge “La Gaceta de los Negocios". Así, es muy posible que el plan de reestructuración no incluya medidas para su aplicación en España.El responsable de la firma en nuestro país tiene como objetivo “trasladar la imagen de los todo terreno a los turismos". Las ventas de los primeros están “por encima de lo previsto" y han crecido un 26 por ciento durante el primer trimestre del año. La marca espera matricular 21.000 unidades durante este ejercicio.La previsión de Fellner es que se realicen 30.000 operaciones en España (el tercer mercado para la automovilística en Europa). El año pasado, Mitsubishi logró una facturación de 423 millones en 2003, un 6 por ciento más que en 2002.El peor golpe para la automovilística nipona fue el descubrimiento de la ocultación de defectos que llevó a cabo Mitsubishi Fuso, filial del constructor. Los camiones de esta firma tenían un fallo que causó la muerte a una persona, aunque los dirigentes de la firma decidieron ocultarlo y afirmaron que el problema (un desperfecto en el eje delantero que provocaba el desprendimiento de una de las ruedas) se debía a un mal mantenimiento. Ayer se descubrió que algunos de los vehículos también presentan un defecto en el embrague, lo que provocó un accidente mortal en 2002. Al parecer, la empresa conocía esta irregularidad desde 1996.