Volkswagen reconoce resultados ''desastrosos''

“Desastrosos". La palabra resonó en la junta anual de accionistas de Volkswagen en Hamburgo. Así describía los resultados económicos del grupo el propio presidente de la multinacional, Bernd Pischetsrieder. ¿Qué ha ocurrido?

Volkswagen reconoce resultados ''desastrosos''
Volkswagen reconoce resultados ''desastrosos''

Se veía venir. Hace meses lanzaron el plan ForMotion, con el que pretendían ahorrar 2.000 millones de euros en dos años. También avisaron que recortarían 5.000 empleos indirectos y, por último, reconocieron que el lanzamiento de su modelo estrella, el nuevo Golf, no había supuesto el “boom" de ventas de anteriores ediciones. Sin embargo, nadie esperaba que el mismo Pischetsrieder utilizara una palabra tan rotunda: “desastrosos". Los analistas prevén que los beneficios operativos de la multinacional de enero a marzo se desplomen. En concreto, no confían ni en alcanzar la mitad de los 604 millones de euros que recaudaron en el mismo período de 2003. Y es que el grupo se ha gastado mucho dinero en el lanzamiento de nuevos modelos como el Audi A6 y el Seat Altea (nosotros ya los hemos conducido, consulta nuestra zona de contactos). Además, el euro se ha apreciado frente al dólar, un cambio muy “desfavorable" para los intereses del grupo germano.Pero no todo son malas noticias. El grupo recibe alegrías de mercados hace meses insospechados. As, ocurre con Brasil, cuya reestructuración trascurre –según Pischetsrieder- de manera “muy positiva". ¿Por qué? El protagonista del milagro es el Volkswagen Fox, un modelo que se fabrica en Brasil y que empezará a exportarse a Europa el próximo año. A pesar de los resultados, la multinacional está muy lejos de los números rojos. La producción de coches sigue aumentando y tiene muchos pretendientes deseando hacerse con acciones del grupo. Desde 1959, Volkswagen está blindada por una particular ley. El poder de voto de sus accionistas está limitado para que nadie pueda hacer sombra al accionista mayoritario, el Estado Federal de Baja Sajonia. Nadie puede aglutinar el 20 por ciento de las participaciones, precisamente la porción que posee este land. Así, en cualquier votación ellos tienen la última palabra: es la denominada “acción de oro". Sin embargo, a Volkswagen no le vendría nada mal una nueva inyección de capital. El propio ministro de Baja Sajonia, Christian Wulff, está interesado en que la empresa reciba nuevos paquetes de acciones. Compradores no les faltan: el Emirato de Abu Dhabi quiere adquirir títulos de la multinacional, aseguran.Tanto dentro como fuera de Alemania le llueven los inversores a la compañía. Así, según Wulff, no existe ningún motivo por el que la Comisión Europea decida abolir esta ley. En la junta de accionista celebrada hoy en Hamburgo, Wulff ha desmentido los rumores que corren últimamente por todos los mercados financieros: no habrá una ampliación de capital por parte de Volkswagen, pero –según ha precisado-, si algún día esta medida es necesaria, el Estado de Baja Sajonia estaría interesado en participar en ella.