Proliferan los alcoholímetros de bolsillo

El Periódico de Cataluña da cuenta en su edición de hoy del auge que vive la venta de alcoholímetros de bolsillo, pequeños dispositivos electrónicos que permiten autodiagnosticarse el nivel de alcoholemia.

Los alcoholímetros han llegado hace relativamente poco a España, pero en la actualidad viven un imparable aumento de ventas que ha hecho que las autoridades se preocupen. En realidad, no es más que un pequeño aparato que reproduce las funciones de los alcoholímetros que utiliza la Guardia Civil y cualquier otro cuerpo de control del tráfico. El usuario sopla por un extremo y el medidor analiza su aliento para evaluar la cantidad de alcohol que circula por la sangre del sujeto.La razón de que aumente tanto su venta está en el acoso que viven los conductores últimamente, con una especial persecución hacia los que conducen después de beber. Ante esta situación, muchas personas optan por controlarse a sí mismos con el alcoholímetro privado. Así, saben si ya están dentro de los límites autorizados para conducir: 0,3 gramos por litro de sangre para profesionales y 0,5 gramos para el resto.

Desde la Dirección General de Tráfico se advierte que estos aparatos no son fiables, puesto que “no están homologados, ni son sometidos a pruebas periódicas como los que utilizan los agentes". También recuerdan que el alcohol no afecta por igual en todo momento, con lo que alguien puede creer que está en condiciones de conducir y, al cabo de unos minutos, ya no lo está.
Pero, además, el problema más importante es que estos aparatos pueden inducir a beber. Como el bebedor puede llevar el control aproximado de su estado, no se priva de tomar alcohol. Incluso puede que algunos jóvenes compitan entre sí para ver quién de ellos logra marcar un nivel de alcohol más alto o más rápidamente. La DGT recuerda que lo más aconsejable es no beber nada de alcohol si vamos a conducir. Sin embargo, frente a los consejos contrarios de Tráfico, otros organismos no se oponen al uso de los alcoholímetros de bolsillo. Así, Rafael Olmos, director del Servei Català de Trànsit, reconoce que hay que dejar que las personas responsables puedan conocer su nivel de alcohol.
Desde el Real Automóvil Club de Cataluña, RACC, se suscribe la misma opinión, aunque también se recomienda no beber alcohol cuando se va a coger el volante. “Es mejor que se haga sabiendo el nivel de alcoholemia", explica un portavoz de esta entidad en El Periódico de Cataluña. El éxito de los alcoholímetros se ha reflejado, sobre todo, en Internet. Parece que a la gente le da vergüenza comprarlos en las tiendas normales y los encarga en el anonimago de Internet, donde se venden por un precio que va de los 30 a los 75 euros. Webs como tudpa.com o el propio RACC (www.racc.es) ofrecen los aparatos.
Además, están disponibles en tiendas de recambios y muchas gasolineras.

En el mercado hay muchos modelos, divididos en dos tipos: analógicos y digitales. En principio, estos últimos son mucho más fiables, pues informan del dato exacto de alcohol en la sangre.