Y no es para menos. Los países del Este de Europa y de Asia viven un auténtico boom económico y los fabricantes ya han vuelto sus ojos hacia ellos. De hecho, según el último informe de la Organización Internacional de Constructores de Automóviles (OICA), China es ya el cuarto productor mundial de automóviles, desbancando a Francia. Si la evolución continúa, previsiblemente se convertirá en el tercer fabricante antes de que acabe el año. China es todo un paraíso comercial y se encuentra prácticamente virgen. Tiene más de 1.200 millones de habitantes, su PIB crece al año en un fabuloso 9 por ciento y ya no existen trabas comerciales. No es extraño que 123 fabricantes de coches se hayan trasladado allí y que, desde 1994, hayan invertido cerca de 17.500 millones de euros. China ha producido 4,44 millones de vehículos, lo que supone un crecimiento del 35 por ciento respecto al año pasado. En primer lugar, continúa inamovible Estados Unidos. A pesar de que su producción se ha reducido un 2 por ciento respecto a 2002, todavía monta 12.077.726 vehículos al año.
Japón se encuentra en segunda posición con 10.286.318 unidades.
Alemania es el tercero con más de 5,5 millones de unidades. Aunque su producción ha aumentado en un 1 por ciento, la sombra del gigante chino empieza a amenazar su posición en el podio de fabricantes.
España es el séptimo productor mundial y el tercero de Europa con 3.029.690 unidades fabricadas, lo que supone un crecimiento del 6 por ciento respecto al año 2002. Como fabricante de turismos, España ocupa la sexta posición mundial, sólo superada por Japón, Alemania, EE.UU., Francia y Corea del Sur. Sin embargo, es el primer fabricante europeo de industriales ligeros y el sexto a nivel mundial.
Fuente: Organización Internacional de Constructores de Automóviles (OICA)La industria automovilística europea reclama mayor libertad para competir con sus rivales. En España, en concreto, “se recurre con frecuencia a los expedientes de regulación de empleo", ha señalado López Madrid. Además de la flexibilidad, los fabricantes se enfrentan a una dura legislación, según lamentan. Precisamente ayer, el presidente de Ford Europa, Nick Scheele, ha reclamado una comisión independiente que valore los costes de las nuevas leyes que quiere imponer Bruselas. Para Scheele, existe “un compendio de regulaciones cada vez más densas, complejas y usualmente conflictivas que lastran a la industria y dificultan los negocios en Europa".Basta un ejemplo para justificar la teoría de Scheele: según un estudio de la consultoría Arthur D.Little, la imposición de la UE de que todos los coches que se comercialicen en su territorio emitan un máximo de 120 gramos de CO2 por kilómetro antes de 2005 encarecerá en un 35 por ciento cada vehículo comercializado. Es decir, los coches serán menos contaminantes, pero el usuario tendrá que gastarse 4.000 euros más.
La industria global. Vehículos alemanes vendidos en China, fabricantes franceses instalados en Eslovaquia, automóviles japoneses con las mejores cuotas de mercado en Estados Unidos... El mundo del motor se encuentra en una fase de transformación, donde ya no hay lugar para las viejas convenciones. |