Los dos radares fijos y los seis móviles que, desde hace un mes, funcionan en la M-30, ya han impuesto multas por exceso de velocidad a 24.265 vehículos, lo que supone una media de 836 sanciones diarias.Los responsables de la Concejalía de Seguridad y Servicios a la Comunidad han conseguido, además, su principal objetivo: reducir el número de accidentes y de víctimas en la vía (esta tasa ha disminuido en un 30 por ciento) y rebajar la velocidad registrada en la misma, que ya se acerca al máximo permitido: 90 km/h. Sin embargo, a nadie se le escapa que estas actuaciones también tienen una importante consecuencia económica, ya que la recaudación por las multas impuestas en este primer mes puede llegar a los 2,2 millones de euros.De momento, el 50 por ciento de los infractores (12.132) está recibiendo en sus casas la notificación correspondiente. La sanción menos importante es de 92 euros, que tendrán que pagar todos aquellos que hayan superado en 20 km/h los 90 km/h permitidos, como máximo, en la vía. Así, el Ayuntamiento se embolsará 1.116.190 euros, calcula el diario “El Mundo". Cuando se tramiten todas denuncias realizadas a lo largo de este mes, la cuantía llegará al doble.Sin embargo, hay que tener en cuenta que muchos conductores recibirán multas más altas. Sobrepasar en 25 km/h la velocidad máxima establecida en la M-30 acarrea una sanción de 102 euros. Si se supera en 30 km/h, esta cantidad sube hasta los 114 euros y rebasa los 300 si el conductor circula un 50 por ciento más rápido de lo permitido. Hay que tener en cuenta que los cálculos no son tan fáciles, pues el Consistorio madrileño no puede, todavía, cobrar las multas a los vehículos empadronados en otros municipios (es decir, el 25 por ciento de los 270.363 que circulan diariamente por el cinturón madrileño). Sin embargo, la Concejalía de Hacienda tiene un acuerdo con la Comunidad para hacer efectivas estas sanciones, aunque es necesario que los sistemas informáticos de las administraciones sean compatibles, lo que ocurrirá dentro de un mes. Así, Hacienda aún no habrá agotado el plazo para comunicar la denuncia a los infractores –cuenta con seis meses para realizar este trámite-.Los radares fijos “cazaron" a 21.640 de los 24.256 conductores multados en este mes. Los 2.625 restantes fueron “atrapados" por los dispositivos móviles.
El día laborable que más infracciones se pusieron fue el posterior a la entrada en funcionamiento de los radares, el 3 de febrero, con 1.234. El que menos fue el 20 de febrero, con 325. La jornada de fin de semana que finalizó con más multas fue el sábado 8 (1.465). La que menos, la última de febrero, con 1.121 coches sancionados. La velocidad máxima registrada en la M-30 durante el mes pasado ha sido de 215 km/h.
A lo largo de este primer mes, se han realizado 2.808 controles de alcoholemia en la M-30, de los que dieron positivo 55. Un conductor se negó a someterse a la prueba. El 20 de febrero fue el día en el que se detectaron más personas (cinco) con niveles de alcohol en sangre superiores a los permitidos.
Además, se han efectuado 5.233 controles de documentación, descubriéndose 1.447 irregularidades. También se ha controlado a 286 transportistas y se ha denunciado a 148. La prolongación norte del Ventisquero de la Condesa, que conectará la avenida de Herrera Oria con la M-40, es un proyecto ya finalizado y que busca adjudicatario, según Urbanismo. Su construcción servirá de base para enlazar la Avenida de la Ilustración con el cuarto cinturón, mediante un paso subterráneo bajo Cardenal Herrera Oria.Con esta actuación, se mejorará el tráfico en el nudo norte de la M-30. La Ilustración perderá su condición de cierre y esta avenida se convertirá en un bulevar. Un túnel, el más largo de Europa, discurrirá desde Puerta de Hierro hasta La Paloma y distribuirá a los vehículos hacia Chamartín o hacia la carretera de Burgos.
Además, otro paso, con dos kilómetros de longitud, se convertirá en el eje este-oeste que desemboque en la Avenida de la Ilustración y que favorezca la salida de los vecinos de Tetuán hacia la M-30. Su trazado discurrirá desde la confluencia de Sor Ángela de la Cruz e Infanta Mercedes hasta el cruce entre las calles Villaamil y Peña Grande. A los sempiternos atascos que se producen en Madrid durante las horas punta hay que sumar los originados por aquellos conductores que acuden a los colegios para dejar o recoger a sus hijos. Estacionados en doble fila, impiden el paso de autobuses urbanos o transportistas, que sufren continuos retrasos en sus rutas.
Para atajar esta situación, el Ayuntamiento del municipio madrileño de Alcobendas ha dispuesto un aparcamiento especial para padres en las inmediaciones de la zona en la que se concentran la mayoría de los colegios de la localidad.
Por otra parte, el Bus-VAO (carril para vehículos de alta ocupación que discurre a lo largo de 20 kilómetros de la A-6 y desemboca en Moncloa) sufrió su enésimo atasco el pasado viernes, cuando una avería en un autobús dejo paralizado el carril. Los viajeros tuvieron que continuar su recorrido a pie, con el fin de llegar a tiempo a sus puestos de trabajo.
