Las obras urgentes de la M-30 no tienen estudio ambiental

El principal partido de la oposición en el Ayuntamiento de Madrid, el PSOE, ha mandado una consulta a la Unión Europea, para saber si les consta que las urgentes obras de la M-30 que quiere iniciar el Consistorio de la capital no tienen declaración de impacto medioambiental.

Gallardón ya ejerce sobre el tráfico
Gallardón ya ejerce sobre el tráfico

Cuando el actual alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón (en la imagen de arriba), era presidente de la Comunidad, ya recibió su propia petición –cuando figuraba como alcalde en funciones- para realizar la exención del informe de impacto medio ambiental de las obras de la M-30.

Una de las más importantes promesas de la campaña electoral de Gallardón fue el enterramiento de la M-30 (en la imagen). Por eso, al PSOE no le extraña que el PP quiera realizar las obras tan rápido. A juicio de los socialistas, no es más que una nueva maniobra pre-electoral de los populares. Si consigue esa exención, las obras pueden empezar pronto.

La obra de enterramiento de la M-30 tiene un presupuesto de 3.500 millones de euros y un plazo previsto de ejecución de tres años –se finalizará coincidiendo, aproximadamente, con las próximas elecciones municipales-. A lo largo de 2004 se abrirán en la Comunidad de Madrid dieciocho nuevas estaciones de servicio, según ha comunicado el director general de Industria de la CAM, Carlos López Gimeno, al responder a una cuestión formulada por el portavoz de IU en la Asamblea.

El PSOE ha denunciado en numerosas ocasiones que la región madrileña dispone de pocas gasolineras, por lo que el combustible dispensado es más caro. En palabras del portavoz socialista, Enrique Echegoyen, aunque se abran estas instalaciones, la comunidad seguirá siendo deficitaria en esta materia y el combustible seguirá costando más. De todas formas, el precio de gasolinas y gasóleos depende en una parte importante del transporte y de los impuestos que hay en cada comunidad. En el área madrileña no hay refinerías cercanas –el precio del transporte se encarece- y además hay impuestos específicos –céntimo sanitario- que gravan este producto y que incrementan su precio.

Hay otro problema con las gasolineras madrileñas, pero en esta ocasión sólo afecta a las que están instaladas en la capital. Se trata del Plan Especial de Gasolineras, que contempla la salida de estos surtidores fuera del área urbana por motivos de salud medioambiental.