¿Es viable la ''alcoholemia cero''?

La consellera catalana de Interior, Montserrat Tura, continúa su cruzada por implantar la “alcoholemia cero" en las carreteras. Sin embargo, se ha encontrado la oposición directa de varios responsables de su propio Gobierno, así como de la poderosa industria vinícola del sector.

El conductor que atropelló a un “mosso” conserva su carné
El conductor que atropelló a un “mosso” conserva su carné

La “alcoholemia cero" sería una medida sin precedentes en Europa. Demasiado estricta, para una región donde existen más de 26.000 viticultores. Al menos, eso cree el propio conseller de Agricultura, Antoni Siurana, quien ha calificado la propuesta de su compañera de “mero slogan". Sin embargo, Tura se defiende y ya cuenta con otras voces que apoyan su propuesta. El propio portavoz del Govern, Joaquim Nadal, ha declarado que, “en el mundo civilizado, quien conduce no bebe y sólo bebe quien no conduce". Según ha precisado, “este Govern no tiende a ser abstemio, pero hay que dejar claro que quien conduce no puede hacerlo bajo el efecto del alcohol".

¿Será la proximidad de las elecciones? Hemos mirado en nuestro archivo y hemos encontrado una sentencia muy polémica que se firmó en Cataluña a finales de diciembre. Un tribunal absolvía de conducción un motociclista que dio positivo en un control de alcoholemia. A pesar de que el conductor registró 1,5 gramos de alcohol por litro de sangre, la sala consideró que en el plano punitivo “lo importante no son los índices, sino la influencia que pueda tener en la conducción la consumición de bebidas, drogas o estupefacientes".Las declaraciones de Tura han servido al senador republicano Carles Bonet para extender la política de mano dura a otros campos. Según Bonet (responsable de seguridad vial en Esquerra Republicana), “la tolerancia cero se debe aplicar al exceso de velocidad". “¿Qué es más peligroso, un abstemio a 220 kilómetros por hora o alguien que se ha tomado una cerveza y va a 60 kilómetros por hora?", se pregunta Bonet. En la actualidad, el Servei Català de Trànsit (el cuerpo homólogo a la DGT en Cataluña) estudia si pide cárcel para dos conductores que el sábado pasado fueron cazados cuando circulaban a más de 200 kilómetros por hora por la C-33. Parece una epidemia. Ayer, los Mossos desmontaron una carrera ilegal de 70 motoristas en un tramo de curvas de la N-240 en Montblanc. Les “pillaron" con cronómetro en mano y, según declararon, se estaban preparando para entrar en un equipo motociclista con la intención de participar en unas pruebas que tendrán lugar el próximo domingo en el circuito de Montmeló.

¿El Gran Hermano en nuestro coche?
En las últimas semanas Cataluña se ha convertido en un hervidero de nuevas propuestas. El último experimento en Seguridad Vial se lleva a cabo en las calles de Mataró. Allí controlan la velocidad de los coches vía satélite.
La consellera de Interior, Montserrat Tura, tiene otras propuestas. Después de abogar por la “alcoholemia cero", también ha defendido la creación de una asignatura de educación vial. Según los planes de Tura, se trataría de una materia obligatoria y evaluable, que se implantaría en los ciclos de educación primaria y secundaria. Es consciente de que se trata de una propuesta “a medio o largo plazo", ya que exigiría una nueva reforma del sistema educativo. El Gobierno central ya ha propuesto introducir esta materia en las escuelas, pero siempre de forma optativa.Sin embargo, la propuesta ya tiene adeptos: el propio director del Servei, Rafael Olmos, incluso ha ideado un nombre para la futura asignatura: “Convivencia Social o Movilidad Segura". “No se trata de enseñar qué es una señal de tráfico, sino de recuperar el espíritu de viejas asignaturas como la urbanidad, pero actualizada. Los futuros conductores han empezado a asociar la velocidad con el riesgo a morir, y desterrar la absurda idea de velocidad y poder", han indicado fuentes del Interior del Gobierno catalán al diario “El Periódico".