Tolerancia cero contra la alcoholemia en Cataluña

Las declaraciones de la consejera de Interior en Cataluña han levantado la polémica: su propuesta de adoptar la “tolerancia cero" contra el consumo de alcohol en las carreteras de la región no ha sentado muy bien a los productores de vino y cava. El titular de Agricultura, Antoni Siruana, ha indicado que es mejor controlar rigurosamente lo que se bebe antes de conducir.

Un 12 por ciento de los jóvenes bebe y conduce
Un 12 por ciento de los jóvenes bebe y conduce

“La propuesta de tasa cero de alcoholemia encierra más un slogan que una voluntad de control exhaustivo", en opinión de Antoni Siruana, titular de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Generalitat. Con estas palabras, el consejero discrepaba de la apuesta esbozada por la representante de Interior en Cataluña, Montserrat Tura. Ésta anunció la semana pasada que la tasa cero de alcoholemia es una de las medidas que figuran en el proyecto que Interior mostrará al Gobierno central en los próximos meses y que persigue reducir la elevada cifra de mortalidad en las carreteras catalanas.Actualmente, los conductores profesionales, a quienes va especialmente dirigida esta disposición, pueden llegar a mostrar una medida de alcohol en sangre de 0,3 gramos por litro, que se eleva hasta los 0,5 gr/l en el caso del resto de los automovilistas. Sin embargo, la propuesta de Tura ha sido mal acogida por los integrantes del sector del vino y el cava en el Penedés, que han mandado cartas de queja al Gobierno de Cataluña. Siruana los apoya y apuesta por la pedagogía y “el control riguroso de lo que se bebe antes de coger el coche". La réplica de Tura ha sido contundente: “No propongo la tasa cero para amargarle la vida a nadie ni para poner en peligro el sector productivo de la viña. Sólo quiero que quien tenga que conducir tome conciencia de que no puede beber. Esta medida ya funciona en Francia y todo el mundo la entiende como una cuestión de vida", ha añadido.Para despejar las dudas sobre la eficacia de la disposición, se puede recurrir a un estudio del Instituto de Toxicología de Barcelona, publicado en 2001, en el que se afirma que el 40 por ciento de los conductores que murieron aquel año en las carreteras de la región había consumido alcohol.

Tura ha declarado a “La Vanguardia" que “la tolerancia cero no es un slogan, es una cosa muy seria. Son los miembros de nuestro departamento los que sacan de entre los hierros los cuerpos de los jóvenes. Sólo quiero que quien vaya en dirección contraria a la de mi coche en una carretera estrecha esté tan sereno como yo", ha asegurado. Las medidas propuestas por el Gobierno catalán, entre las que también se encuentra la posibilidad de limitar la velocidad de los vehículos, han coincidido con los primeros datos sobre la siniestralidad en las carreteras de la zona. Éstos, en principio, invitan al optimismo, ya que las cifras facilitadas por el Servicio Catalán de Tráfico muestran que la mortalidad en las vías de la región ha descendido un 16,7 por ciento en enero.

Durante el primer mes del año, 40 personas han fallecido en las carreteras catalanas (ocho menos que en enero de 2003) en 36 accidentes. El año pasado, se produjeron 452 siniestros mortales, en los que 512 personas perdieron la vida. Acompañando a las nuevas disposiciones propuestas por el Gobierno de Cataluña, el diario “La Vanguardia" ha comenzado una serie de análisis en los que se intenta buscar una explicación al exceso de velocidad, segunda causa de siniestros mortales en España, por detrás de la distracción del conductor.

Al parecer, existen desajustes psicológicos que explican estos accidentes: por un lado, está la “búsqueda de las sensaciones gratificantes que la velocidad proporciona a algunos automovilistas", según Ignacio Morgado, catedrático de Psicobiología en la Universidad Autónoma de Barcelona. Son personas que persiguen experiencias nuevas y con una especial aversión a la monotonía, que llegan a niveles patológicos en su búsqueda de estímulos y pueden poner en peligro su integridad y la de otros. Este perfil es más habitual entre los varones jóvenes y explicaría que “los conductores jóvenes estén sobrerrepresentados en los accidentes de tráfico, en comparación con otros grupos de edad", según los datos de la Agencia Nacional para la Seguridad en las Carreteras de Estados Unidos.

Las causas de este comportamiento no están claras –aunque se apunta al funcionamiento de algunas hormonas para explicarlo-, pero sus consecuencias, sí. Según los estudios, los “buscadores de sensaciones suelen conducir bastante cerca del coche que les precede, llevan un ritmo más rápido que el resto de los automovilistas, son menos propensos a abrocharse el cinturón de seguridad y también suelen circular tras haber ingerido alcohol". Un informe del Gobierno escocés ha destacado que “hombres y mujeres tienen la misma probabilidad de ser multados por exceso de velocidad moderado, pero los hombres reciben siete veces más multas por excesos de velocidad extremos". Los motivos que impulsan a correr son, principalmente, el hecho de llegar tarde (en un 52 por ciento de los casos), que otros vehículos vayan deprisa (27 por ciento), sentirse estresado (20 por ciento) o tener otro coche cerca detrás (12 por ciento).Existen otras causas que explican el exceso de velocidad, como el abuso de confianza. La mayoría de los conductores son malos jueces de sus aptitudes al volante y se creen más hábiles, más seguros y con menos posibilidades de tener un accidente que la media. Sin embargo, ningún estudio ha demostrado que un buen control del vehículo se relacione –estadísticamente- con un menor riesgo de accidentes: es necesaria una buena capacidad de anticipación.Los conductores-bala siguen apareciendo en Cataluña: el sábado, los radares de los Mossos d’Esquadra “cazaron" a dos automóviles que circulaban por la C-33 a una velocidad superior a los 200 km/h. Ambos infractores se enfrentarán a una multa de entre 300 y 600 euros y a la retirada del carné por un período de hasta tres meses.