VW pide el cierre patronal para Landaben

Las cadenas de montaje no trabajan en la factoría de Volkswagen en Landaben. La empresa SAS, suministradora de salpicaderos, ha iniciado una huelga que podría ser indefinida y que ya ha obligado a la planta a paralizar su producción. El conflicto llega en el peor momento posible: la filial española pedirá el cierre patronal de la fábrica, una circunstancia que podría deteriorar la imagen de la factoría navarra ante la multinacional alemana.

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Lo que faltaba. La iniciativa, desde luego, no podía llegar en peor momento. Hace aproximadamente un mes, la multinacional alemana anunciaba en nuestro país una reducción de producción de unas 11.000 unidades, a lo que se une ahora una parada en la cadena de montaje que podría deteriorar la buena imagen que hasta el momento mantenía esta fábrica. Todo comenzó ayer, sobre las seis de la mañana. A esa hora, la suministradora de salpicaderos SAS iniciaba una huelga que durará, en principio, hasta el próximo jueves, pero con muchas posibilidades de declararse indefinida a partir del día 10. Apenas 15 minutos después, la producción de la fábrica española se resentía, ya que el sistema de trabajo “justo a tiempo", empleado por la proveedora, no permite la existencia de reservas en almacén. Ante esta situación, Landaben se vio obligada poco más tarde a reducir su actividad únicamente a labores administrativas, pues ni las cadenas de montaje, ni las de chapa, pintura o motores pueden trabajar sin el suministro del material de SAS. El problema se agrava por la falta de otros proveedores de salpicaderos en España, una circunstancia que obligaría a la entidad a importar este elemento, algo que se descarta por su excesivo coste.El cierre de la factoría provocará cuantiosas pérdidas económicas para Volkswagen, pues cada día que la planta está paralizada se dejan de fabricar unos 1.200 coches. Además, el conflicto podría también suponer importantes perjuicios para los trabajadores, ya que como señala José Zubillaga, responsable de Comunicación de la marca, “se desdibujan los acuerdos ya adquiridos, lo que podría llevar a aumentar la flexibilidad de la planta a la baja". El comité de empresa de Landaben ha mostrado ya su disposición a mediar en el conflicto para que se produzca una solución negociada que ponga fin a la huelga. También la dirección de la compañía y UGT, el sindicato mayoritario, han hecho público su deseo de participar en la resolución del problema.Por su parte, los 185 trabajadores que han secundado la huelga de SAS piden el cumplimiento de los acuerdos firmados en 2002 con la empresa. Su comité exige que se firmen las tablas salariales previstas para 2004, derivadas de un pacto de flexibilidad entre dirección y trabajadores. La discrepancia, según han anunciado los empleados, surge en los cálculos: mientras el comité considera que el salario de cada trabajador se debe estimar en función de la jornada laboral reducida por la flexibilidad, la empresa utiliza para el cálculo la jornada realizada en 2002. Anoche, a última hora, la dirección de Volkswagen lanzó una nueva oferta a SAS para tratar de poner fin a su huelga. Sin embargo, fuentes de UGT han confirmado que la proveedora tan sólo reanudará su actividad si la empresa se compromete a prolongar, durante tres ejercicios más, el acuerdo de flexibilidad de jornada vigente para los años 2003 y 2004.