Leyes más duras para atajar la siniestralidad

El director general de Tráfico, Carlos Muñoz Repiso, ha declarado esta mañana en la Cadena Ser que la solución para acabar con la alta siniestralidad de las carreteras españolas pasa por endurecer la legislación y convencer a los conductores para que asuman mayores sanciones. La población, sin embargo, no es consciente de la situación: ni un solo encuestado por la emisora de radio considera que los accidentes de tráfico son uno de los principales problemas de nuestra sociedad.

Menos multas de tráfico en los últimos años, según el Gobierno
Menos multas de tráfico en los últimos años, según el Gobierno

La situación ya es insostenible. Decenas de españoles pierden la vida cada semana en nuestras carreteras, una situación que se agrava especialmente con la llegada de las vacaciones y el incremento de los desplazamientos. Durante las pasadas navidades, por ejemplo, cerca de 200 personas fallecieron en accidentes de tráfico y otras 100 resultaron gravemente heridas, muchas de ellas con secuelas irreversibles. La mayoría de estos siniestros, sin embargo, pudieron evitarse, ya que –según los últimos datos- la distracción, motivada por la somnolencia y la fatiga, fue su principal causa.El director general de Tráfico, Carlos Muñoz Repiso, ha asegurado esta mañana -en una entrevista concedida a la Cadena Ser- que los conductores deben hacer mayores sacrificios al volante. “El 95 por ciento de los accidentes son previsibles y pueden evitarse con fuerza de voluntad, es decir, no conduciendo después de beber o parando cada dos o tres horas de recorrido. Al final, siempre hay que ceder".Para el máximo responsable de Tráfico, este sacrificio implica aceptar sanciones más duras. “Hay que intentar convencer a la población de que debe renunciar a derechos individuales en favor de los colectivos. Endurecer de forma importante la actual legislación en materia de Seguridad Vial es la solución para evitar el aumento de infracciones", afirma.Muñoz Repiso ha nombrado como ejemplo los países nórdicos, unas naciones que, a base de fortalecer las sanciones, han reducido notablemente su siniestralidad. “Ésa es, sin duda, la medicina. Allí, los controles de alcoholemia, por ejemplo, son muy duros, pues cuando alguien da positivo va incluso detenido al calabozo. En España, sin embargo, hay quien se niega someterse a esta prueba sin ninguna represalia. Una sentencia del Supremo absolvió a un conductor que no realizó el test por considerar que no presentaba signos externos de embriaguez. Es un precedente que no ha hecho ningún favor a la Seguridad Vial".El director general de Tráfico también se ha referido a la implantación de radares, una iniciativa que la población española tampoco acepta. “En nuestro país, la responsabilidad de quien excede el límite de velocidad en radares no es del titular del vehículo. Éste sólo tiene la obligación de cooperar para encontrar al infractor, algo tan difícil que en un 50 por ciento la norma es inoperante".Según datos publicados hoy por la Cadena Ser, una reciente encuesta sobre tráfico revela que el 55 por ciento de los españoles aseguran cumplir las normas de circulación, aunque un 80 por ciento piensa que los demás conductores no lo hacen. Del mismo modo, el 80 por ciento de la población asegura que no ha conducido ninguna vez bajo los efectos del alcohol, aunque el 90 por ciento reconoce que el resto de los españoles sí han conducido alguna vez en estado de embriaguez. Como principales conclusiones, la encuesta señala que los ciudadanos creen que la primera causa de accidentes son las imprudencias de los conductores y piden más educación vial, sanciones más duras y mejores carreteras. El buen estado de las carreteras es también fundamental para reducir el número de accidentes mortales. En este sentido, Muñoz Repiso ha abogado hoy por construir más vías desdobladas, es decir, aquellas que utilizan una plataforma diferente para cada sentido de circulación (autopistas y autovías). El director general de Tráfico considera que con esta actuación se reduciría notablemente la siniestralidad, ya que “evitamos dos factores de riesgo: por un lado, excluimos los adelantamientos por carriles de dirección contraria; por otro, descartamos circulen peatones por los arcenes, algo que no ocurre en las carreteras convencionales". Muñoz Repiso también se ha pronunciado sobre la excesiva potencia que presentan hoy en día muchos vehículos del mercado y que, para algunas asociaciones de usuarios, contribuye a elevar el número de accidentes. “Sobre este asunto hay una gran incongruencia. Los coches son cada vez mejores, con mayores elementos de seguridad activa y pasiva. Sin embargo, es cierto que cada vez tienen más potencia, a pesar de que está prohibido circular a más de 120 km/h. Los coches pueden correr, pero no deben. También es verdad que, como señalan los defensores de la potencia, en ocasiones puede ser favorable para determinadas situaciones de riesgo".