El año 2003 finalizaba con unos combustibles a precio reducido. En el caso de la gasolina, tanto de 95 como de 98 octanos, el coste al que tenía que hacer frente el automovilista en nuestro país no había sido tan bajo desde noviembre de 2002. El gasóleo, aunque no terminó el año con mínimos, también se mantuvo bajo.La caída de los precios comenzó a hacerse más significativa a partir de mediados de diciembre, coincidiendo con varias declaraciones desde el Gobierno en las que se tildaba de “irresponsable" el comportamiento de las petroleras al no trasladar el descenso del crudo a sus productos. Ahí no quedó el asunto, ya que se anunciaron medidas de presión, como el envío de un informe sobre el asunto al Servicio de Defensa de la Competencia, para garantizar el fin del “presunto comportamiento abusivo" de estas compañías.Estas mismas petroleras, que en aquella ocasión negaron las acusaciones, desmienten ahora que la bajada de los carburantes se deba a la presión del Ejecutivo. Lo único claro es que, según los últimos datos del Ministerio de Economía, la gasolina sin plomo de 95 octanos está en 0,788 euros el litro, la de 98 octanos en 0,879, la nueva súper en 0,859, el gasóleo en 0,690 y el nuevo gasóleo en 0,720. No obstante, parece casi seguro que las gasolinas van a volver a subir, y no en un futuro muy lejano. El nuevo repunte del precio del crudo, achacado a la ola de frío que se prevé en Estados Unidos y a la política de la OPEP, tiene la culpa. El petróleo Brent, referencia en los mercados occidentales, cerraba ayer su cotización por encima de los 30 dólares espoleado por las previsiones meteorológicas en Europa y el sureste de Estados Unidos. En ambas zonas las temperaturas estarán por debajo de lo normal.A su vez, la OPEP está decidida a no cumplir sus propias normas, que la “obligan" a aumentar su producción cuando su cesta de productos lleva más de 20 días por encima de los 28 dólares, algo que ya ha sucedido. La fórmula matemática es evidente: más demanda e igual oferta resulta en un incremento de los precios.Por otro lado, desde el 1 de enero Asturias y Galicia gravan los carburantes que se venden en su territorio con el llamado “céntimo sanitario". En Asturias, las gasolinas contarán con un sobreprecio de 2,4 céntimos de euro por litro y el gasóleo de automoción con 2 céntimos. En Galicia, por su parte, el impuesto es de 2,4 céntimos de euro por litro de gasolina y de 1,2 céntimos el litro de gasóleo. En Madrid, la otra comunidad que aplica esta medida, se ha congelado este gravamen y se pagará 1,7 céntimos de euro extra por cada litro de gasolina y gasóleo.
Es relevante el hecho de que Asturias haya hecho efectiva esta medida, puesto que es una comunidad gobernada por el PSOE, un partido que siempre se ha mostrado contrario a este impuesto.
