Un ex–directivo de Chrysler apoya a la marca

Jim Holden, que fue despedido de DaimlerChrysler hace tres años, ha sido uno de los testigos que declararon ayer en el juicio por fraude contra la automovilística. El ex-directivo ha apoyado la versión de la empresa: la compra de Chrysler fue una fusión.

El juicio contra DaimlerChrysler continúa: Kirk Kerkorian, que fue el principal accionista privado de la automovilística estadounidense, sostiene que el presidente de la compañía, Jürgen Schrempp, presentó la compra del brazo americano como una fusión entre iguales, cuando, en realidad, era una absorción. Esto hizo perder dinero a los inversores, por lo que Kerkorian ha demandado por fraude al fabricante.Uno de los llamados a declarar ayer fue Jim Holden, antiguo ejecutivo de la compañía, que fue despedido en noviembre de 2000 debido al descenso en los beneficios de la empresa. Holden se ha mostrado leal a Daimler Benz y ha asegurado que la adquisición de Chrysler en 1998 fue una fusión. De hecho, ha afirmado que el artífice de este acuerdo, Schrempp, también lo creía así. “Él no hubiera llevado a cabo esta operación si hubiera pensado que era una absorción", ha señalado.Sin embargo, el presidente del consorcio realizó hace tres años unas declaraciones al diario “Financial Times" en las que reconocía que el acuerdo se presentó como una fusión para mejorar la estrategia del grupo. Holden ha asegurado que, a pesar de estos “testimonios incendiarios", Schrempp creía que la adquisición de Daimler no era una absorción.

Fueron precisamente las declaraciones de Schrempp las que motivaron la demanda de Kerkorian, que reclama 830 millones de euros de indemnización. El empresario también subió ayer al estrado y rechazó firmemente el argumento de DaimlerChrysler, que lo retrata como un inversor enfadado que busca ganar más dinero.

El abogado del consorcio automovilístico, Jonathan Lerner, describió a Kerkorian como un veterano “guerrero de los negocios" que lanzó su propia oferta de compra de Chrysler, pero fue rechazada. El empresario afirmó no recordar las razones que llevaron a su compañía de inversiones, Tracinda, a intentar vender un gran paquete de acciones de la automovilística tras la fusión.