Europa no reducirá sus emisiones en 2008

Los vehículos europeos superarán en 2008 la tasa de emisiones de C02 prevista por la UE (140 gramos por kilómetro). La asociación de fabricantes del continente (ACEA) asegura que no podrá cumplir su objetivo y culpa de ello a los usuarios por adquirir demasiados coches deportivos de gran consumo.

El RACC pide ventajas fiscales para los coches menos contaminantes
El RACC pide ventajas fiscales para los coches menos contaminantes

En 1998, la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) prometió que en 10 años, para 2008, reduciría las emisiones contaminantes de sus vehículos hasta los 140 gramos de C02 por kilómetro. Este anuncio señalaba también que el nivel de dióxido de carbono emanado de los coches no superaría en 2012 los 120 gr/km.Ahora, cinco años después, la organización se retracta de este anuncio, asegurando que, al menos durante esta década, los objetivos previstos son inviables. Para Louis Schweitzer, presidente de ACEA, “la creciente demanda de vehículos deportivos de gran consumo es el elemento que está frenando por ahora el progreso en la reducción de emisiones contaminantes".El fuerte descenso de emisiones de C02 registrado hace algunos años tuvo su origen en la elevada demanda de vehículos Diesel, ya que estos motores usan mucho menos combustible por kilómetro que los de gasolina. Esta circunstancia provoca que, directamente, se reduzca también la salida de dióxido de carbono.Sin embargo, esta tendencia parece haberse estabilizado durante el pasado año, donde -aunque muy levemente- el nivel de emisiones aumentó respecto a 2001. En concreto, los informes señalan que en 2002 la tasa media de C02 se ha situado en los 165 gr/km, mientras que un año antes era de 164. Durante los cinco años anteriores, esta tasa siempre había descendido.El único fabricante que podría obtener en sus vehículos unas emisiones acordes con lo prometido en 1998 sería el grupo PSA Peugeot-Citröen. El consorcio francés, líder en tecnología Diesel, presenta ya en la actualidad unas tasas muy inferiores al resto de constructores europeos. Estos aseguran que los costes para reducir las emisiones de C02 son muy elevados, teniendo en cuenta que luego tienen que competir en precios con los vehículos importados desde Asia, donde no se cuida tanto este aspecto.