Renault ya tiene el Vel Satis listo para producción

Después de un año oyendo hablar de él, por fin está aquí. Renault presenta definitivamente el Vel Satis, una berlina de alta gama, líneas vanguardistas e interior high-tech.

Aseguran en Renault que han reinventado las berlinas. El Vel Satis llega con la vitola de coche revolucionario, auténtico terremoto en un sector tan conservador como es el de los coches grandes, de lujo o representación. El recién llegado (aunque se presentó en Ginebra 2001 ) ocupará el lugar que dejó el Safrane en la gama Renault y deberá competir con los productos más tradicionales de BMW, Mercedes y Audi, entre otros.

El concepto Vel Satis tiene mucho en común con el del Avantime. Líneas definitivamente rompedoras (aunque de tanto sobarse empiezan a estar vistas) y mezcla de formatos para atrapar público de todos los segmentos. Por fuera es donde más cambios se aprecian. Una línea de cintura elevada, carrocería muy alta, un frontal muy rotundo con el rombo como elemento básico… Hay cambios notables con respecto al concept-car de Ginebra, como el parabrisas, que antes era alargado hacia atrás hasta copar la mitad del techo y ahora es más convencional, o los faros, que en lugar de ir en vertical van en horizontal. También la imagen general se ha suavizado, con todos los ángulos mucho más matizados y menos protuberancias. Pero, en definitiva, nada que ver con los coches habituales de la casa francesa.

El interior también ha variado frente a aquel hipersofisticado habitáculo que mostraba el concept. Sigue igual de lujoso y está lleno de tecnología punta, pero mucho menos audaz. Si entonces primaban las zonas limpias, sin apenas instrumentación a la vista, la realización práctica ha hecho necesario que todo se vea más y esté más accesible. Aun así, estamos en un habitáculo de corte muy minimalista, pero con acabados más cálidos y discretos que los que tenía el diseño original. El lujo es evidente y la presencia de acabados en madera entronca con las corrientes decorativas habituales en las gamas altas.

Lo que sí parece de otro tiempo, futuro, claro, es el nivel de equipo tecnológico. Para mejorar el espacio útil, además de dar 10 centímetros más al interior, desaparece el freno de mano tradicional. En su lugar, un freno automático se activa una vez que el coche se detiene y, en cuanto se envía par a las ruedas, se desactiva solo. Además, se puede utilizar manualmente a través de unos controles, lo que permite emplearlo en caso de fallo del sistema de frenos normal o cuando nos detenemos en cuestas.

También cambia el sistema de cinturones de seguridad, que van alojados dentro de los asientos. Estos últimos son, según Renault, de máximo confort, con todo tipo de reglajes eléctricos.

La electrónica es omnipresente y se encarga del control de crucero, del GPS, la información de tráfico, el encendido de luces y limpiaparabrisas… En el caso del control de crucero, se ha mejorado con el añadido de un equipo de radar encargado de medir lavelocidad de los coches precedentes. En función de su presencia, la computadora de gestión acelera o decelera el vehículo. De momento, este dispositivo no estará disponible.

Por último, el ocio recibe un trato especial con la introducción de dispositivos de “home cinema", con lectores DVD y pantallas LCD, además de equipo de sonido con cambiador de seis discos. Para motorizar el Vel Satis, Renault ha dispuesto cuatro interesantes mecánicas. En gasolina, tenemos un V6 3.5 que rinde 245 CV y ofrece un par de 330 Nm a 3.600 rpm. En la marca aseguran que su funcionamiento es muy suave, además de muy silencioso. También gasolina es el motor de turbo de dos litros. Con arquitectura de 4 cilindros y 16 válvulas, esta máquina ofrece 165 CV a 5.000 vueltas, y un par de 250 Nm entre las 2.000 y las 4.250.

En Diesel, Renault propone dos turbodiésel con common rail. Uno es un tres litros que entrega un total de 180 CV a 4.400 vueltas y un par motor de 350 Nm desde sólo 1.800 rpm. El otro motor de gasóleo tiene cuatro cilindros y 16 válvulas, con un cubicaje de 2.2 litros. Rinde 150 CV a 4.000 vueltas y entrega la nada despreciable cifra de 320 Nm desde sólo 1.750 revoluciones. Está especialmente indicado para los consumos bajos.

Todos estos propulsores se pueden combinar con dos tipos de transmisión: una manual de seis marchas que ya llevan los Laguna y Avantime, y otra automática Proactiva de cinco, muy relacionada con el nuevo freno de estacionamiento automatizado.

El apartado de suspensiones también introduce importantes innovaciones, con la llegada del sistema “trigonal" en el eje trasero. Se trata de un esquema multi-brazo con gran presencia de aluminio y un diseño muy compacto, que se ha orientado a una sujeción más firme de un coche que lleva el punto de gravedad muy alto. Lleva, además, una estabilizadora de 22 mm. En el eje delantero se ha instalado un esquema McPherson tradicional con barra de 21 mm. En conjunto, Renault asegura que han logrado un buen equilibrio entre estabilidad y confort.

Para los frenos, los ingenieros galos han querido elaborar un grupo de trabajo muy sólido, que combina discos ventilados de 324 mm en el eje delantero, con discos macizos de 300 mm en el trasero. Hay ABS, asistencia a la frenada de emergencia y distribución electrónica de la frenada. Los generosos neumáticos de 225/55 ó 245/45, con llantas de 17 ó 18 pulgadas contribuyen a mejorar las frenadas y el agarre del vehículo.

Con este modelo, Renault espera copar el tres por ciento del mercado europeo de gama alta hacia 2003. Se fabricará en la planta de Sandouville, en Francia, y ha supuesto un desembolso de 548,7 millones de euros, casi 92.000 millones de pesetas.