El “transporte humano Segway”, fuera de circulación

Es parecido a un patinete con motor y ha resultado un éxito en Estados Unidos. Sin embargo, el fabricante del “transporte humano Segway" tendrá que retirar sus aparatos del mercado e instalar un nuevo software en ellos: el actual ha provocado que algunos usuarios se cayeran del vehículo cuando se agotaban las baterías.

Desde hace dos años, el Segway revoluciona las calles estadounidenses. Se trata de una plataforma con motor que puede transportar a una persona, no contamina, no hay que buscar aparcamiento para ella y alcanza una velocidad de 20 km/h. Los departamentos de policía, servicios de distribución postal y miles de usuarios lo han probado asiduamente e incluso George W. Bush, presidente del país, ha hecho sus pinitos este verano.

Sin embargo, este “transporte humano" ha sido retirado del mercado. La Comisión de Seguridad de Productos de Consumo en Estados Unidos ha anunciado que tres “conductores" de estos aparatos han sufrido heridas al agotarse la batería del vehículo, que se paraba instantáneamente, provocando la caída de su ocupante. En algunos casos, los usuarios han sufrido lesiones y heridas de diversa consideración. El fabricante ha anunciado que el problema está en el software informático que gestiona el mecanismo, por lo que lo sustituirá por uno nuevo. Sin embargo, el inventor de este peculiar medio de locomoción, Dean Kamen, ha anunciado que ni siquiera esta medida conseguirá aumentar las ventas hasta las 40.000 unidades mensuales previstas.Existen dos modelos básicos de Segway. El HT cuenta con ruedas grandes y tiene capacidad para remolcar cargas, por lo que se emplea en almacenes y en la distribución de repuestos. Su precio está entre los 8.000 y los 10.000 dólares (6.960 – 8.700 euros): cuesta lo mismo que un automóvil pequeño. Además, existe una variante con neumáticos más pequeños y 38 kilos de peso, que posee un radio de acción de 28 kilómetros.

A pesar de su facilidad para desenvolverse en las ciudades, muchas localidades han prohibido su circulación sobre las aceras, lo que limita sus posibilidades de uso y sus perspectivas de comercialización.