Bruselas ideó un nuevo reglamento de distribución para abrir el cerrado y a veces monopolista mercado de la automoción. Se permitirá a los concesionarios que vendan vehículos de varias marcas y no tendrán que someterse a demarcaciones geográficas (como ocurre, por ejemplo, con los estancos o las farmacias en nuestro país). A cambio, los fabricantes podrán establecer cómo se venden sus vehículos. El texto intentaba ser ecuánime y el Ejecutivo comunitario dio hasta un año de margen para que todos se adaptaran. Sin embargo, el plazo se acaba –quedan siete días- y pocos han llegado a un acuerdo: la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) asegura que el 86 por ciento de las firmas han cancelado sus contratos con su red de distribución. Muchos concesionarios no saben si podrán seguir con las puertas abiertas. Para continuar con sus negocios, las marcas les exigen que firmen unos contratos “abusivos" y llenos de “numerosas huellas de irregularidades", explican. Quieren controlarlo todo: desde cómo estos negocios realizan sus operaciones hasta cuáles son sus criterios para seleccionar personal. La situación es fruto –según defienden- de la posición dominante y abusiva de las marcas en el mercado. Será por ello que Faconauto asegura que no irán a los tribunales; necesitan que sus negocios sigan abiertos, por lo que quieren dialogar con las marcas. Eso sí, pedirán ayuda a la Administración y al Tribunal de la Competencia: “No somos ONGs y, por si no hay más remedio, estamos acumulando documentación sobre el asunto", ha asegurado el nuevo presidente de la federación, Javier Rodríguez Heredia. Hasta el momento, sólo han llegado a acuerdos Mercedes, BMW, Citroën, Honda, Hyundai, Toyota, Saab y Chrysler. Entre los fabricantes de vehículos industriales, lo han hecho Mercedes, Iveco, Volvo, Scania y Daf. En breve, podría terminar el proceso de adaptación Renault y Opel. Sin embargo, el grupo Volkswagen (también la española Seat) y, en especial, Daewoo van con mucho retraso.
Los concesionarios no aceptan las reglas de los fabricantes
Aseguran que no irán a los tribunales y seguirán dialogando, pero las relaciones entre los concesionarios y los fabricantes son cada vez peores. Dentro de una semana, entra en vigor el nuevo reglamento de distribución y muchos tendrán que cerrar sus negocios. No serán los únicos perjudicados: según advierten, subirán los precios de los coches.
