Shell presiona a las estaciones de Gran Canaria

El conflicto entre la petrolera Shell y las empresas concesionarias de sus estaciones de servicio en la Isla de Gran Canaria se ha recrudecido con la decisión de eliminar las ventajas que reportan las tarjetas de fidelización a los consumidores.

Ninguno de los clientes habituales de la red de gasolineras Shell podrá utilizar sus tarjetas ni acogerse a los beneficios que en su día le fueron conferidos por la posesión de la misma. La petrolera ha dado así un paso más en su batalla por endurecer sus relaciones comerciales con los pequeños empresarios que detentan una concesión.

El enfrentamiento se remonta a meses atrás cuando la compañía decidió cambiar unilateralmente su política comercial, endurecer las condiciones de explotación y asumir por sí misma la gestión de las estaciones más rentables, en consonancia con la tendencia actual del sector. Automáticamente, asegura la Asociación de Empresarios de EESS Gran Canaria, Shell comenzó a presionar y a llevar a cabo prácticas de dudosa legalidad.El último capítulo de este conflicto afecta, por tanto, no sólo a los concesionarios, sino directamente, a los consumidores. Alguno de ellos han interpuesto denuncias ante los organismos competentes. Para las estaciones de servicio supone una medida de presión sin precedentes dentro del sector que se suma "al endurecimiento de las condiciones económicas impuestas a sus propietarios".