A partir de ahora, el 25 por ciento de la facturación anual del Centro Técnico de Martorell (con más de 2.000 empleados) corresponderá a los trabajos encargados por el grupo Audi, que, según la firma, tendrán un valor de 50 millones de euros.La instalación, que se engloba en el entramado de infraestructuras que Seat posee en Barcelona, cerró el año pasado con un beneficio de 4,5 millones de euros, cifra que supuso un 2,5 por ciento de lo facturado. Según fuentes de la compañía, los encargos procedentes del grupo de marcas Audi supondrán un punto de equilibrio para el centro y revertirán en la calidad de su trabajo. Hasta ahora, dependía sólo de las necesidades de Seat y, por lo tanto, sufría picos de inversión que impedían la estabilidad de la plantilla y de las tareas que había que desarrollar.
Ahora, el Centro Técnico está finalizando el desarrollo del Altea -presentado en el Salón de Frankfurt- y del resto de los modelos anunciados dentro del segmento de los compactos (entre los que se encuentra el sustituto del León). Asimismo, trabaja en el mantenimiento de la actual gama Seat. Otra de sus labores se centra en la fabricación de la versión de cinco puertas del Audi A3 para el Viejo Continente y de la destinada al mercado americano -se trata de la primera vez que la automovilística española trabaja sobre un producto que cumple las especificaciones de esa región-. Asimismo, ha comenzado el desarrollo de elementos de aluminio, un material que tendrá mayor utilización en el consorcio.Precisamente, esta tecnología será una de las que comparta con Maserati, en virtud del acuerdo firmado entre la marca italiana y la germana. La tracción total y los motores Diesel de Audi son otros de los elementos que, muy pronto, podrían ser accesibles para los clientes de la automovilística del grupo Ferrari. Los compradores, además, se beneficiarán de los préstamos gestionados por Volkswagen.
En principio, dicho acuerdo sólo se centrará en las piezas para el nuevo modelo de Maserati, el Quattroporte. A su vez, el grupo VW aprovechará el acceso de la firma italiana a la tecnología para la competición de Ferrari. Este hecho ha vuelto a disparar los rumores sobre una posible compra de la marca italiana (o de Alfa Romeo, la otra firma “deportiva" de Fiat) por el consorcio alemán. Sin embargo, su presidente, Bernd Pischetsrieder, ha negado esta posibilidad, afirmando, al igual que hace unos meses, que le gustaría “comprar Ferrari, sólo para que la gente dejara de preguntar cuándo va a producirse la entrada de VW en la Fórmula Uno".
Por su parte, Antonello Perricone, jefe ejecutivo de Maserati, ha señalado que el pacto allanará el camino para el siguiente proyecto de la automovilística, el “todo caminos" Kubang, a pesar de que la decisión sobre su producción no se tomará hasta finales de año.
