Tensión en la planta de Mercedes en Vitoria

Todavía no hay acuerdo respecto al convenio colectivo que regirá la planta de Mercedes-Benz en Vitoria. La semana pasada se runieron los representantes de ambas partes, pero no llegaron a un acuerdo. Están en juego casi 3.500 puestos de trabajo.

Los representantes de los trabajadores y de la dirección de la planta alavesa de Mercedes-Benz no llegan a un acuerdo. El pasado jueves 14 de agosto se reunieron de nuevo para intentar acercar posiciones y solucionar el conflicto sobre el convenio colectivo que ha tenido paralizada la planta durante algunas jornadas –todos los martes- del mes de julio y que afecta a 3.500 trabajadores.

Hoy, 18 de agosto, el comité de empresa se reunirá para analizar la situación. Por el momento, la convocatoria de paros no es factible, ya que los empleados se encuentran de vacaciones y no hay forma de consultarles estas medidas de presión. El secretario del comité de empresa, Gabriel Muñoz, ha acusado a la Dirección de la factoría de no poner encima de la mesa nada nuevo tras la reunión de la última semana. Ha destacado, eso sí, la disposición de Mercedes a negociar, aunque no a pasar de los dichos a los hechos, que es lo que, al final, buscan los trabajadores.

En la factoría de Mercedes en Vitoria se ensamblan los modelos Vito y Vaneo y está previsto que en septiembre comience a montarse el nuevo modelo Viano. Sin embargo, esta producción podría estar en peligro, según indicó hace unas semanas la Dirección de la firma automovilística desde Alemania, a menos que se flexibilice la posición de los trabajadores.

Durante el mes de julio, los empleados de la factoría han realizado paros todos los martes, lo que ha supuesto una pérdida en la producción de unas 1.800 unidades, algo que, a juicio de la casa matriz en Alemania, puede perjudicar seriamente el futuro de la planta. Desde el Gobierno vasco ya se ha comunicado a ambas partes la firme intención de ese Ejecutivo de mediar en el conflicto, con el fin de preservar el máximo número de puestos de trabajo en la región.

Las reivindicaciones principales de los sindicatos se dirigen a conseguir un incremento salarial del IPC real más 2,5 puntos, una reducción de la jornada laboral de 16 horas al año y un aumento de la flexibilidad laboral para conseguir crear más empleo. De momento, la única contestación de la empresa a los trabajadores ha sido la no renovación de 600 contratos temporales de la planta. Mercedes pretende reducir la producción, ya que la demanda ha descendido.