La industria auxiliar española, amenazada

Llevaba una década creando empleo, pero el año pasado tuvo que despedir a 5.000 trabajadores. La industria de componentes española “agoniza" y los fabricantes de coches –según lamentan- no hacen más que “echar vinagre a las heridas".

Los componentes, fuera de la crisis del sector
Los componentes, fuera de la crisis del sector

En la actualidad, raro es el coche que circula por las carreteras europeas que no lleva una pieza fabricada en España. Sin embargo, como pronostican diversos sindicatos y consultoras independientes, el panorama está a punto de cambiar drásticamente. Abrera, Cervera, Sant Esteve, Ólvega, Puerto Real… los cierres de fábricas comienzan a salpicar todo el país. La pujante industria de países del Este y del Norte de África puja con fuerza y, por otro lado, los “veleidosos" fabricantes de coches no hacen más que presionar para que produzcan más rápido y más barato. Al menos, estos son los motivos del cierre de la planta de cableado de Valeo en Arbera: según los trabajadores, Seat –a quien suministraban- ha conseguido que la producción se envíe a Marruecos. Por eso, no dudaron en manifestarse y bloquear las instalaciones de la automovilística en Martorell. Según la consultora Pricewaterhouse-Coopers, la crisis no sólo se vive en España. La vida de un modelo cada vez es más corta, las automovilísticas son menos rentables y requieren piezas más baratas y en menos tiempo, por lo que sólo sobrevivirán los más fuertes: la consultora asegura que dentro de siete años sólo operarán 30 proveedores en todo el planeta. El panorama es desalentador; sobre todo si tenemos en cuenta que, durante años, España (más en concreto Barcelona) ha sido una auténtica “Meca" de los componentes. En nuestro país operan más de mil de estas empresas, la mayoría de ellas de capital nacional, pero también hay una alta presencia de multinacionales. Por eso, el 40 por ciento de la facturación de este sector se realiza dentro de nuestras fronteras. Además, nuestro país será uno de los más afectados por los nuevos vientos empresariales. La mayoría de dichas compañías se dedica a producir piezas mecánicas para los coches, cuando estos apuestan cada vez más por la electrónica. Por otro lado, España es un estado periférico respecto a Europa, que no puede competir con la cercanía de los recién llegados países del Este respecto a Alemania, una de las principales naciones productoras de automóviles. Por si fuera poco, estas naciones –como en su día ocurrió aquí- ofrecen más barata la mano de obra.