El conductor que atropelló a un “mosso” conserva su carné

Pere Tura, de 49 años, atropelló el sábado a un mosso d’Esquadra, causándole la muerte. Su tasa de alcohol en sangre era del 0,67 por ciento, más de la permitida. Sin embargo, la juez Inma Gil le ha permitido conservar su carné de conducir, una decisión que ha levantado airadas críticas de la Generalitat, el Servicio Catalán de Tráfico y el Sindicato de Policías de Cataluña.

El conductor que atropelló a un “mosso” conserva su carné
El conductor que atropelló a un “mosso” conserva su carné

El alcohol ha causado una nueva muerte en la carretera, sumándose así a las cifras mostradas por el estudio toxicológico elaborado por la Dirección General de Tráfico: el 42 por ciento de las personas que, el año pasado, falleció en un accidente de circulación, habían bebido más de la cuenta o ingerido alguna clase de droga.

Los datos son alarmantes, pues confirman que 2.000 de los 5.347 muertos registrados en 2002 se arriesgaron a coger el coche con una tasa de alcoholemia en sangre superior a la permitida: 0,5 en el caso de los turismos y motocicletas y 0,3 para los conductores de vehículos pesados o que transporten mercancías peligrosas. La cifra es especialmente sangrante si tenemos en cuenta que los automovilistas conocen perfectamente las limitaciones legales y las consecuencias si no se cumplen: saben que el binomio alcohol-carretera lleva a un número escalofriante de heridos y fallecidos en el asfalto. A pesar de ello, el nueve por ciento de los conductores admite haber sido multado en alguna ocasión tras ser sometido a la prueba de la alcoholemia, según una encuesta llevada a cabo por Línea Directa Aseguradora. Sin embargo, estos controles preventivos no son suficientes para detener la sangría: el año pasado, la Guardia Civil realizó más de un millón de tests. En Cataluña, los Mossos d’Esquadra formalizaron 292.724 reconocimientos.

Precisamente, esa era la tarea de Álex Arroyo, de 26 años, la noche del pasado sábado. El agente se encontraba en la N-II, a la altura de Fornells de la Selva, cuando Pere Tura se acercó con su vehículo a gran velocidad. El conductor chocó contra uno de los coches patrulla, rebotó, atropelló al mosso, que resultó muerto, y quedó empotrado contra la furgoneta de atestados. El resultado de la prueba de alcoholemia que se le practicó después fue positivo: 0,67 gramos de alcohol por cada litro de sangre. Sin embargo, a pesar de estos datos y de la gravedad de las consecuencias del siniestro, la titular del Juzgado de Instrucción número 7, Inma Gil, permitió que el automovilista conservara su carné de conducir, una decisión que ha levantado la polémica en la Generalitat.

El secretario general adjunto de CiU, Pere Macías, ha llegado a pedir el cese de la magistrada, tachando su resolución de intolerable: “Quizá haya interpretado la ley correctamente desde el punto de vista jurídico, pero no lo ha hecho desde la función social de la justicia", ha añadido. Por su parte, el conseller en cap, Artur Mas, ha manifestado su “indignación" ante la decisión de dejar en libertad al conductor. “La pura evidencia en este caso es que hubo una falta de preocupación total por parte del automovilista. Hace falta una reflexión a fondo en los ámbitos de la justicia para que no se actúe con este alto grado de insensibilidad", ha declarado.

El Sindicato de Policías de Cataluña –CCOO de los Mossos d’Esquadra y los responsables del Servicio Catalán del Tráfico (SCT) también han mostrado su malestar. De hecho, Joan Delort, director de este último, ha asegurado que el Departamento de Justicia e Interior pedirá la intervención cautelar del permiso de circulación de Tura y se personará como acusación articular en el juicio contra él. Asimismo, ha instado a que se revise la decisión de la juez, pues “es inexplicable que, menos de 48 horas después de un suceso con consecuencias irreparables, esta persona puede seguir conduciendo tranquilamente por la vía pública". Tura ya tenía antecedentes por circular bajo los efectos del alcohol y ya se le había retirado el carné en una ocasión.

Este alud de críticas ha provocado la reacción de la decana de los jueces de Girona, Pilar Rovira, quien ha declarado que la resolución de Gil debe ser “acatada y respetada, pues ha sido adoptada con todas las garantías constitucionales". Por su parte, Delort ha asegurado que, actualmente, “la Generalitat está trabajando en una propuesta que modifique sustancialmente" el capítulo contra delitos de la seguridad del tráfico, que incluye un apartado dedicado a los accidentes que han tenido lugar bajo los efectos del alcohol. Según el director del SCT, el tratamiento que da el Código Penal a este tipo de infracciones es “insuficiente para perseguir con eficacia los comportamientos extremos que atentan gravemente contra la seguridad vial".De momento, la reforma de la ley de Tráfico aprobada en enero del año pasado sigue sin desarrollarse del todo. El texto contenía novedades importantes –como señala el diario La Vanguardia- para los infractores, como la sustitución de parte de las sanciones por cursillos de reciclaje o la posibilidad de perder el carné de conducir por la comisión de tres faltas muy graves en el plazo de dos años. Dieciocho meses después, ambas medidas siguen pendientes de unos reglamentos que, como mínimo, serán aprobados a finales de 2003.