El cigarrillo, un peligroso compañero de viaje

La lucha antitabaco ha encontrado una nueva teoría que justifica su existencia. Si las enfermedades coronarias o el temido cáncer ya eran razones más que suficientes para abandonar este hábito, un reciente estudio señala que los automovilistas que consumen cigarrillos tienen muchas más posibilidades de sufrir accidentes de tráfico.

El cigarrillo, un peligroso compañero de viaje
El cigarrillo, un peligroso compañero de viaje

Tras entrevistar a más de un millar de conductores que han acudido en el último año a un centro de salud zaragozano, un grupo de investigadores -encabezados por el medico de familia José Miguel Buñuel- han llegado a una rotunda conclusión: los conductores que fuman tienen un 50 por ciento más de probabilidades de sufrir un siniestro en las carreteras.El trabajo -publicado recientemente en “Atención Primaria"- señala que, del total de encuestados, 125 personas han sufrido durante el año un accidente de tráfico no mortal. La mayor novedad que recoge el estudio es que entre los factores que influyen en estos sucesos, además de los habituales como el alcohol o la edad (el mayor porcentaje de siniestros se registra en los jóvenes de 25 a 29 años), se incluye el cigarrillo, pues el porcentaje de accidentados entre los conductores fumadores es más del doble con respecto a los no fumadores.Concretamente, un 17 por ciento de los automovilistas que consumen “pitillos" al volante han tenido un accidente en el último año, mientras que aquellos no adictos al tabaco registran una tasa de siniestralidad de sólo un 7 por ciento.Sin embargo, según el estudio, las distracciones al volante derivadas del consumo de tabaco (encender un cigarrillo, conducir con una sola mano, la irritación de ojos a consecuencia del humo…) no son la única causa de la alta siniestralidad. Esta hipótesis queda confirmada teniendo en cuenta que entre los “fumadores prudentes", aquellos que no llevan su vicio a la práctica cuando conducen, el porcentaje de accidentados asciende también hasta un 12 por ciento.Por ello, el trabajo de “Atención Primaria" recuerda que el binomio accidentes-cigarrillos se debe, ante todo, a la intoxicación crónica por monóxido de carbono, un gas que disminuye la atención del conductor y que puede llegar a mermar hasta la visión nocturna. Asimismo, el informe señala que el tabaquismo incrementa también la tendencia a asumir más riesgos al volante, por lo que convierte al cigarrillo en un peligroso estimulante para conducir.A pesar de todas estas advertencias, los investigadores españoles opinan que, al contrario de lo que sucede con otras sustancias (como el alcohol), el tabaquismo está más relacionado con accidentes leves, probablemente porque el mayor riesgo de siniestralidad se debe a la citada intoxicación, más que a las distracciones.“Por consiguiente, el problema no puede abordarse con medidas legislativas, como la prohibición de fumar mientras se conduce –señala el informe-, sino con medidas educativas y de ayuda a los fumadores que quieran dejarlo". El médico José Miguel Buñuel concluye que, pese a todo, su investigación “no asegura una relación causa/efecto entre el número de siniestros y el tabaco, sino que abre una interesante línea de investigación".El trabajo publicado en “Atención Primaria" no es el primero que relaciona el efecto que el tabaco tiene en la conducción. Un estudio realizado ya hace dos décadas en Montreal (Canadá) aseguró que fumar en el coche tenía más peso en los siniestros que otros factores, como por ejemplo el número de kilómetros recorridos. Las aseguradoras británicas calculan incluso que al menos un 5 por ciento de los accidentes en carretera se deben a fumar dentro del vehículo. Otra investigación, en este caso estadounidense, señala que el tabaco multiplica por 1,5 el peligro de tener un siniestro de tráfico. Este informe, publicado en “Preventive Medicine", concluye que “uno de los beneficios para la sociedad de que la gente deje de fumar sería la disminución de las lesiones, tanto mortales como no".