Los transportistas se rebelan contra los peajes en las autovías

“Que no quepa ninguna duda de que España será el país más perjudicado". Este vaticinio lo hacía ayer un indignado Miguel Ángel Valverde, secretario general de la Confederación Española de Transportes de Mercancías, CETM, para explicar cómo afectará a los camioneros españoles la idea francesa de imponer un peaje a cada camión que utilice sus autovías. El sector del transporte se ha puesto de uñas contra estas iniciativas que empiezan a proliferar en Europa.

Los transportistas se rebelan contra los peajes en las autovías
Los transportistas se rebelan contra los peajes en las autovías

Valverde fue ayer la cabeza visible de la protesta española contra la idea francesa de cobrar un canon a cada camionero que atraviese su red de autovías. El proyecto, planteado por el ministro de Transportes francés hace dos días, ha levantado una polvareda que amenaza con desbaratar los planes de la comisión europea para unificar las tarifas del transporte por carretera.

Para el dirigente de la CETM, Francia quiere financiar sus proyectos de infraestructuras con “cargo a terceros países". Valverde hace referencia a la intención de Francia de utilizar el dinero que recaude para financiar nuevas infraestructuras viarias, especialmente en su red de ferrocarriles. “Lo que más me duele es que sea el transporte por carretera el que tenga que pagar las infraestructuras de otros tipos de transporte", se lamenta. Valverde, recogiendo el sentir del sector español, acusa a la Comisión Europea de “dejación de funciones", pues considera que debería tener los reflejos para imponer una norma europea “homogénea, común, racional y equitativa" que regule la posibilidad de cobrar a los profesionales por utilizar estas infraestructuras.
Si la Comisión no hace nada, Valverde cree que en unos años cada país habrá establecido sus propias tasas: “¿quién nos garantiza que mañana no se le ocurrirá a Bélgica o a cualquier otro país poner otro canon de 50 céntimos o más?" Además, el dirigente español recuerda que si las tasas se imponen sólo para vehículos extranjeros se estaría violando la libertad del derecho de paso que propugna la Unión Europea.

En una cerrada defensa de su sector, Valverde denuncia que es injusto gravar a los conductores profesionales, un colectivo que ya contribuye al fisco con impuestos de hidrocarburos, tracción mecánica y actividades económicas.
En esta misma línea, Fenadismer, otra de las grandes patronales del transporte español, ha recordado que los camioneros ya soportan suficientes impuestos indirectos y contribuyen sobradamente a las arcas de los estados. En Fenadismer, además, señalan con alarma que los pequeños transportistas autónomos no tienen capacidad para renegociar las tarifas de los portes, con lo que tendrán que asumir por su cuenta el aumento de costes que supondrán los peajes.

Desde la Federación Valenciana de Empresarios Transportistas también se rechaza firmemente la idea francesa y se denuncia que el gobierno galo trata de “poner todas las trabas posibles" al transporte de otros países con la imposición de dobles tasas, puesto que los camiones ya pagan peajes en las autopistas.

Por último, representantes de Asintra, la principal patronal de los autobuses de viajeros, han pedido que el plan francés no se extienda a los autocares. Cobrar un peaje al transporte de mercancías por autopistas es una vieja idea de muchos países europeos. Tanto es así que la Comisión lleva años detrás de una norma que ponga orden en esto, pero, con su lentitud burocrática, a este paso tendrá que contentarse con armonizar las tasas particulares de cada estado.Francia quiere cobrar estos peajes para completar con 1.000 millones de euros su presupuesto de obras públicos a lo largo de los próximos 15 años. De momento, los franceses no han hecho más que plantear la idea, sin decir cuánto cobrarán ni qué mecanismo utilizarán para recaudar.

Los que sí lo han dicho son los alemanes, que desde julio exigirán 15 céntimos por kilómetro recorrido a cada camión que utilice sus autovías. En otros países, como Dinamarca, también se cobra la llamada “euroviñeta", que afecta a todas sus carreteras. Suiza también tiene una tasa parecida y en Austria la habrá el año que viene. Como se ve, toda Europa se apunta a esta modalidad de recaudación que, desde luego, perjudica sobre todo a los países más periféricos, como España y Portugal, que están obligados a cruzar, por ejemplo, Francia. La CETM calcula que los camioneros españoles pagarán aproximadamente 220 millones de euros por año por cruzar Francia, casi la cuarta parte de los 1.000 millones anuales que espera recaudar París.
Esta cantidad de dinero tiene que salir de algún sitio y, desde luego, lo hará de las tarifas que los camioneros cobran a sus clientes por sus portes. Esto supone que el tránsito de mercancías se encarecerá. La CETM considera que las tarifas subirán en torno al 18 ó 20 por ciento.

El periódico Cinco Días calcula en su edición de hoy que las exportaciones españolas se encarecerán hasta un 79 por ciento, una circunstancia que afectará con fuerza a su rentabilidad. Hay que tener en cuenta que un 87 por ciento de las mercancías que exporta España viajan a través de Francia.