Los salarios de las plantas españolas, ''amenazados'' desde el Este

Las plantas españolas están amenazadas directamente por los países del Este. Al menos, este es el argumento que utilizan muchos fabricantes para advertir que los salarios de la automoción tendrán que contenerse si la industria quiere ser competitiva. Las próximas negociaciones de convenios colectivos se anuncian "moviditas".

Los salarios de las plantas españolas, ''amenazados'' desde el Este
Los salarios de las plantas españolas, ''amenazados'' desde el Este

La ampliación de la Unión Europea "no es una buena noticia para la industria del sector de la automoción". Así de tajante se ha mostrado el presidente de Renault España, Juan Antonio Fernández de Sevilla. Tal es el tirón de los países del Este que, para ser competivos, será necesario "contener los salarios" y aplicar políticas de "flexibilización laboral". Cada vez que suban los salarios o no se adapten las condiciones laborales a lo que requieren las empresas habrá otros países "que nos pasen por encima y tendrán más posibilidades de llevarse las inversiones", ha advertido. Sin embargo, ha precisado que no anima al trabajo precario o los contratos basura. El año pasado, mientras que las plantas españolas alcanzaban facturaciones "récord", 1.509 trabajadores perdieron su trabajo. Según datos de la ACEA (Asociación Europea de Constructores de Automóviles), en las 17 fábricas de automoción que hay en nuestro país, se redujo en un 2 por ciento el empleo. "Crisis", "caída de la demanda", "competencia del Este"… son algunas de las explicaciones, pero ¿realmente son necesarias estas medidas? Según CC.OO., el coste laboral sólo supone el 10 por ciento del valor del coche. Además, la industria automovilística española es plenamente exportadora (8 de cada 10 coches que se fabrican dentro de nuestras fronteras se dirigen a otros países). Muchos apuntan que el esfuerzo se tendría que realizar en investigación y en calidad y salir a la búsqueda de los mercados del Este (que no son sólo países de trabajadores, sino también de consumidores). Luis Valero, el director general de ANFAC (la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles) apunta otras soluciones. En unas declaraciones recogidas en La Gaceta de los Negocios, señala que "todavía parece estar muy lejos la armonización fiscal que permita la creación de un verdadero mercado único del automóvil en Europa". Martorell, Landaben, Almussafes… Durante el último año, en la negociación de los convenios colectivos de la mayoría de las plantas españolas se repite una palabra: "flexibilidad". Las multinacionales han pedido un esfuerzo a sus trabajadores para que adapten su producción a las necesidades del mercado. En Nissan estas "peticiones" llegaron incluso hasta los tribunales. Nissan Ibérica pactó con el comité de empresa una doble escala salarial: contrataría 900 nuevos empleados, pero éstos cobrarían menos que los que ya están en plantilla. Para CC.OO., la medida era injusta, por lo que denunció a la multinacional y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña falló a su favor. Ante la decisión judicial -que ha sido recurrida-, Nissan decidió parar las contrataciones (Comité de empresa y multinacional ya habían llegado a un acuerdo, pero éste se vino abajo). Ahora, el director de recursos humanos de Nissan Motor Ibérica, Mateo Borrás, ha criticado lo que él considera una intromisión: "ahora resulta que los jueces han entrado a gestionar la compañía", ha lamentado, ya que "es necesario que cada profesional haga su trabajo". La opinión comienza a ganar adeptos. Para el director de relaciones industriales de Opel en España, Carlos Iglesias, ha asegurado que el sector necesita "una desregulación legal para dotar de mayor autonomía al convenio de la empresa, evitando de esa forma los obstáculos de derecho que existen". El panorama no invita al optimismo a los sindicatos. Así, desde UGT se pide la creación de una patronal del sector de la automoción en España. Manuel Fernández "Lito", secretario general de la Confederación Estatal del Metal de la UGT, hay que evitar que, cada vez que haya que negociar cuestiones como la tan traída flexibilización laboral, se haga empresa a empresa, en lugar de llegar a acuerdos válidos para todo el sector. En Alemania, por ejemplo, el sector metalúrgico es uno de los que mayor conciencia sindical tiene. Hace ahora justo un año, todos los trabajadores de las plantas alemanas realizaron una huelga que duró más de diez días.