Saab sí tiene cura

Los malos resultados de la marca Saab han obligado a General Motors a ir al rescate de su filial europea. Con el plan de reestructuración y la integración en las operaciones de Opel, se pretende que la firma sueca vuelva a renacer.

Saab sí tiene cura
Saab sí tiene cura

La paciencia de General Motors se ha acabado con la sueca Saab. La automovilística norteamericana apostó hace un par de años por la firma escandinava con el deseo de que se convirtiera en un rival de peso para los fabricantes de coches de lujo, como Mercedes, BMW o Audi, en el Viejo Continente.El tiempo ha pasado y Saab no ha logrado lo que pretendía GM de ella: ni se ha convertido en una alternativa para las tres grandes firmas alemanas, ni ha generado beneficios, sino todo lo contrario.La marca sueca apenas vendió 120.000 unidades (0,5 por ciento de la cuota de mercado en Europa, mientras que, por ejemplo, BMW tiene el 4,3 por ciento y Audi, el 3,8) y ha lastrado los resultados económicos del consorcio estadounidense en Europa durante este último ejercicio. Y el paciente no tenía muy buena pinta. Una gama de productos muy limitada (apenas dos modelos, Saab 9-3 y 9-5), una imagen de prestigio devaluada, una sobrecapacidad productiva y lo desfavorable que resulta, sobre todo a nivel cambiario, que sus productos sólo se fabriquen en Suecia eran, y por ahora siguen siendo, las principales enfermedades de Saab.GM, ante esta situación, decidió meter el bisturí hasta el fondo y tomar las riendas de la situación. Así, el pasado octubre desveló las líneas maestras del plan de reestructuración que sacaría al enfermo de la UVI.Este proyecto, denominado Viggen, aspira a que la marca sueca lance al mercado un producto cada año con el fin de que su gama crezca. El objetivo de Saab es vender 200.000 unidades en todo el mundo, aunque este 2003 se pronostica que entregará 135.000 automóviles. Viggen también tendrá consecuencias negativas para los trabajadores de Saab. Se pretende la reducción de 1.300 empleos, lo que supone el 20 por ciento de la plantilla, para paliar el exceso productivo. Al mismo tiempo, GM está sopesando la idea de que se fabriquen modelos de Saab en otros puntos productivos (se sospecha que en plantas estadounidenses) para ahorrar costes.Lo que ya está más que decidido es que Saab se integre en las operaciones de Opel. De esta manera, ambas compartirán estructura productiva y comercial. En España, la situación continuará igual ya que los coches de Saab los comercializa una importadora independiente que tiene firmado un contrato hasta 2005.