Ford Streetka

Ford ha querido relanzar la imagen de su pequeño Ka con la introducción en el mercado de dos nuevas variantes lúdicas, el Streetka y el Sportka. Ambos disponen de un propulsor de 95 CV y ofrecen unas cualidades dinámicas destacadas, sin embargo sólo el Streetka cuenta con una imagen diferenciadora y la posibilidad de viajar con el firmamento como techo.

Ford Streetka
Ford Streetka

El auténtico valor de este Streetka se aprecia cuando nos ponemos a los mandos. Es cierto que la postura de conducción no es fácil de conseguir, sobre todo para las personas altas, algo que es el que estas líneas escribe. En ello es determinante la ya referida imposibilidad de variar la posición del volante para amoldarlo a nuestras características y las ajustadas dimensiones del habitáculo. Bueno, haciendo un pequeño esfuerzo, llevando la dirección un poco más baja de lo que uno querría y teniendo la impresión de que el parabrisas es demasiado bajo (una sensación que posteriormente desaparecerá), nos ponemos en marcha. Ford optó por mostrarnos este Stretka en Cannes (Francia) y hemos de agradecer lo acertado del recorrido elegido. Las carreteras cercanas a esta ciudad francesa nos permitieron tomar contacto con este biplaza en todas las situaciones posibles. Así, por el tráfico urbano de la citada Cannes y de Niza, eramos el centro de atención de los curiosos, a pesar de que, viendo el turismo de lujo que los visita todo el año, ya deben estar acostumbrados a ver auténticos “cochazos". En “modo paseo" el Streetka es una auténtica delicia. Descapotados, con el aire acondicionado si el sol apretaba y con la calefacción y los asientos calefactables cuando llegaba el fresquito, era un placer conducir. El motor, un 1,6 litros de 95 CV y 8 válvulas y baja fricción de la familia Duratec, no es un alarde de tecnología, algo que achaca Ford a su deseo de hacer un propulsor de “simplicidad inteligente", y que nosotros mejor traduciríamos como un motor "barato" de fabricar (comparte bloque con el nuevo 1.3 de la gama) y no demasiado pretencioso. A pesar de ello, esta mecánica con su potencia nominal de casi 100 CV y un par máximo de 13,7 mkg, nos ha ofrecido muy buenas sensaciones. Responde desde la parte baja del cuentavueltas y no desfallece en el medio régimen gracias a su curva de par casi plana. Los consumos no son demasiado elevados, aunque tampoco contenidos, (7,9 litros de media según Ford), algo que a lo que contribuye también la desfavorable aerodinámica del Streetka y los ajustados desarrollos de la caja de cambios. A esto se une un sonido deportivo envolvente y muy bien logrado por los ingenieros de Ford. De esta manera, en ciudad el descapotable de Ford no tiene problemas para desenvolverse. No tenemos que jugar demasiado con el embrague para salir de los semáforos y si necesitamos un extra de potencia esta mecánica nos la dará.Una vez en autopista y con la capota desplegada, la cosa cambia. El placer se convierte poco menos que en tortura. Con nuestras cabezas al aire el ruido es ensordecedor. Ya es molesto a partir de 80-90 km/h, aunque es aguantable, pero cuando el marcador de la velocidad alcanza cifras superiores a los 140 km/h, ya es casi insoportable; si se tiene el pelo largo, la gorra o el pañuelo son elementos imprescindibles para realizar una conducción cómoda y segura. Ruido y viento se apoderan del descapotado habitáculo, por lo que decidimos poner la capota de lona para aliviar este “sufrimiento". Y la verdad es que lo conseguimos. Este techo aisla bastante bien, por lo menos el ruido, aunque, evidentemente, no cuenta con las virtudes de uno metálico en cuestión de estanqueidad. Con él se viaja mejor y a velocidades superiores a los 150 km/h (que se alcanzan sin problemas) el ruido pasa a ser un mal menor. A partir de finales año, se ofrece la posibilidad de adquirir techo duro.