Violenta subida del petróleo en todo el mundo

Lo anunciábamos a finales de la semana pasada: la euforia que vivían las bolsas y la brusca bajada del precio del petróleo podían ser sólo un espejismo propiciado por un fulgurante inicio de la guerra en Irak. Ahora, pasado ese optimismo inicial y embarrancadas las tropas invasoras en la tenaz resistencia iraquí, las bolsas se hunden y el petróleo sube sin control. Si la guerra dura mucho, la economía occidental vivirá momentos muy duros.

Violenta subida del petróleo en todo el mundo
Violenta subida del petróleo en todo el mundo

Lo que se había vendido a la opinión pública como un paseo militar se ha convertido en una emboscada continua que tiene bloqueadas a las divisiones estadounidenses y británicas en el sur de Irak. Los ejércitos invasores avanzan mucho más despacio de lo previsto y encuentran una resistencia mucho mayor de lo que se esperaba. Nadie duda que Estados Unidos gane esta guerra, pero crece la incertidumbre sobre cuánto durará el conflicto y en qué sentido se ramificará y expandirá. Ante estas dudas, las bolsas de todo el mundo rebotan al alza y con fuerza. En los primeros días de ataques, el precio del petróleo bajó estrepitosamente ante la posibilidad de que la guerra fuera muy corta. Ahora, la tendencia es justo la contraria. Crece el nerviosismo y se dispara el precio del barril.

Ayer, en medio de grandes muestras de nerviosismo, el principal combustible del planeta elevó su precio hasta los 28,66 dólares en Nueva York, lo que supuso un alza del 6,5 por ciento. Por su parte, la bolsa de Londres cerró con una subida del 7,2 por ciento, lo que sitúa el precio de referencia para Europa en 26,09 dólares por barril. Los intermediarios temen que una guerra demasiado larga complique la distribución del petróleo, con lo que vuelven a comprar masivamente para acumular reservas antes de que el crudo sea mucho más caro.
Además, sigue viva la posibilidad de que Irak empiece a quemar sus pozos de extracción, lo que alargaría todavía más la vuelta a la normalidad. También ronda todavía en la cabeza de todos el miedo a que Sadam Hussein decida lanzar misiles contra los países vecinos y hacer de todo el Oriente Medio una zona insegura para el comercio. Si esto sucede, los envíos de petróleo se ralentizarán notablemente.A estos temores se une ahora la grave situación que se vive en Nigeria, el sexto productor mundial de petróleo. Allí, en el delta del Níger, se han producido en los últimos días unos violentos enfrentamientos entre el ejército y la etnia ijaw. Los rebeldes han atacado varias infraestructuras petrolíferas y, ante la gravedad de la situación, las compañías que operan en la zona han paralizado sus actividades. Shell, Total y Texaco han reducido sus extracciones en Nigeria en un 37 por ciento, con lo que 800.000 barriles diarios salen del mercado.

Nigeria exporta cada día 2,2 millones de barriles, así que esta merma en las existencias circulantes contribuye a enrarecer un poco más el turbio ambiente de los mercados del petróleo. El país africano es el quinto proveedor de crudo para España, así que nuestras gasolineras deberían ser de las más afectadas por estos problemas.

Sumando unos factores y otros, las petroleras ya estudian nuevas subidas en los precios de los carburantes, unas decisiones que sufrirán directamente los conductores. La Opep, el gran cártel productor de petróleo, analiza también la situación que vive el mercado. Ven con relativa satisfacción el repunte de precios provocado por el estancamiento de la guerra. Esta satisfacción se debe a que la semana pasada fue desastrosa para sus intereses, con una caída en barrena de las tarifas.
Sus analistas consideran que, tras el conflicto, los precios se hundirán, con lo que tratan de enfrentarse de la forma más prudente posible a la crisis bélica.

No quieren atender las peticiones que les llegan de Occidente para que vendan más crudo y hagan bajar los índices, porque no quieren que les encuentre la paz con un barril muy barato. Pero saben que tampoco pueden hacer frente a una situación de fuerte encarecimiento, puesto que empezarían a perder clientes. De momento, parece que el mercado va hacia esa posibilidad.